¿Cómo afectarán a empresas y familias las sanciones a los derivados del crudo de Rusia?

Las sanciones de la Unión Europea a Rusia llegan tras la invasión de este país a Ucrania y la continúa guerra que mantienen desde el pasado 24 de febrero de 2022. Los países de la Unión Europea han llenado sus reservas de petróleo y gas de cara a los próximos meses, incluyendo compras a Rusia, por lo que se descartan desabastecimientos en las gasolineras y estaciones de servicio europeas.

Según los expertos, es muy probable que estas sanciones no tengan un efecto inmediato en los precios de los carburantes, aunque puede que sí tengan a medio y largo plazo por la exclusión de una parte de la oferta en un mercado muy controlado por parte de los productores a través del cártel de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados.

La prohibición fue anunciada a finales de 2022, por lo que las compañías petroleras han podido adaptarse a la medida durante las últimas semanas. El Gobierno sostiene que el abastecimiento está “asegurado” pero el precio dependerá de la evolución de la oferta y la demanda que tiene que ver mucho con factores como la apertura de la economía china, las limitaciones a la producción de la OPEP+ y el crecimiento económico de los países desarrollados en un contexto de alta inflación.

El veto al petróleo ruso puede tener mayores implicaciones en el diésel, ya que Rusia al comienzo de la guerra suponía hasta un 55% de las importaciones para los países del Viejo Continente. En el caso de Lituania alcanzaba hasta un 73% y para países como Eslovenia y Letonia un 71%. Para España suponía un 63%, para Francia un 60%, para Italia un 57%, para Alemania un 51% o para Países Bajos un 25%, según Eurostat.

Entre enero y noviembre de 2022, España importó 5,56 millones de toneladas de diésel, de los que 714.000 procedieron de Rusia, es decir, el 12,83% del total acumulado, unas cifras con las que Rusia se sitúa como el segundo principal proveedor de gasoil, según recoge la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).

En la última semana el precio del diésel en España se incrementó un 1% en relación con los siete días anteriores, hasta situarse en los 1,7 euros por litro, según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. Además, desde que comenzó el año de 2023 el precio medio del gasóleo en España se ha incrementado en un 2,6% y llenar un depósito medio de 50 litros con este carburante es 14 euros más caro que hace un año, es decir, un 20% más.

Diversificación de proveedores

Desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) inciden es que el suministro en España está garantizado debido a que entre 2008 y 2012 se invirtieron en el país en torno a 7.000 millones de euros en las refinerías nacionales para hacerlas más "flexibles y competitivas", cosa que no ocurrió en el resto de Europa. La patronal indica que a España llegan gasóleos de entre 25 y 30 tipos distintos procedentes de entre 20 y 22 países diferentes.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recalcan que España cuenta con "una buena diversificación de crudos importados", en declaraciones a Europa Press. "Las refinerías españolas, al contrario que un gran número de las europeas, han realizado fuertes inversiones para hacer frente a situaciones como las actuales y están preparadas para el procesado de diferentes tipologías de crudos y orígenes, con capacidad de procesar crudos diferentes a los rusos", aseveran desde la cartera que dirige Teresa Ribera.

"También contamos con una amplia red de oleoductos que facilita la distribución completa de productos petrolíferos, y con 42 días de reservas estratégicas propiedad de Cores (Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos) con control directo de la Administración y otras reservas de seguridad de la industria", añaden.

Las fuentes de Transición Ecológica agregan además que desde hace una década España presenta un saldo neto exportador de gasolinas y gasóleos, por lo que las sanciones sobre las importaciones de crudo y productos petrolíferos procedentes de Rusia, por sí solas, "no deberían suponer ningún problema al suministro".