El precio del barril de crudo el miércoles, recuerda la agencia oficial Xinhua, era de 136 dólares, un 45% más alto que su precio en China, inalterable desde noviembre.Y la energía también se encarecerá. Según ha anunciado la comisión, los precios subirán 2,5 céntimos de yuan por kwh a partir del 1 de julio. Con esta medida se espera, según fuentes oficiales, que este verano no se repitan problemas de abastecimiento como en años anteriores, cuando las refinerías dejaban de producir o procesar para evitar pérdidas.Algunos sectores, como el agrícola o de la producción de fertilizantes, así como las zonas del país golpeadas por el terremoto del pasado mayo quedan exentas del aumento. La decisión, de momento, ya ha causado un golpe en el mercado de valores, que ha cerrado hoy en la sesión de mañana con un 4,75% de pérdidas tras haber encajado ayer una caída del 6,5%, después de que el gobernador del banco central declarara que la prioridad de Beijing ahora es contener la inflación, y no intentar apuntalar los mercados. La Bolsa de Shanghai ha registrado más de un 50% desde sus mejores resultados de octubre pasado.Sin embargo,
el intentar acercar el precio del petróleo en China a su valor internacional supondrá un nuevo repunte de los precios. Según los analistas la subida añadirá un punto porcentual más al IPC (Índice de Precios al Consumo), que en mayo creció un 7,7%. El valor sigue estando lejos del 4,8% fijado por el Gobierno para este año, pero supone al menos una caída con respecto al 8,7% registrado en febrero. La presión al alza de los alimentos, principales culpables de la subida del IPC, se ha reducido, lo que podría haber decidido a Beijing a reducir las subvenciones al petróleo.Los precios del transporte público, en cualquier caso, se mantendrán fijos. Además, China sigue dependiendo principalmente del carbón como fuente energética, por lo que la influencia sobre la inflación no será tan grave.