Aun así, el presidente quiso calmar al país. "A largo plazo, los estadounidenses pueden estar confiados en nuestro crecimiento económico, pero a corto plazo todos podemos ver que el crecimiento está disminuyendo".Según dijo, "los salarios han crecido, pero también los precios de la alimentación y la gasolina. Las exportaciones han aumentado, pero el mercado inmobiliario ha bajado".Para evitar la posible recesión, el presidente pidió al Congreso que apruebe sin demora un plan de estímulo acordado la semana pasada entre la Casa Blanca y los líderes demócratas de la Cámara Baja por valor de 150.000 millones de dólares.El paquete consiste en rebajas tributarias de entre 300 y 600 dólares para la gran mayoría de los estadounidenses, así como un recorte de impuestos por un monto total de 50.000 millones de dólares para las empresas, con el objetivo de incentivar la inversión.No obstante, miembros del Senado propusieron incluir en el plan otras medidas, como la extensión del seguro de desempleo y los subsidios a la alimentación para los indigentes, transferencias a los estados e inversiones en infraestructura.Bush rechazó estas iniciativas. "La tentación es añadir cosas al proyecto de ley, pero eso lo retrasaría o haría descarrilar y ninguna de esas opciones es aceptable", dijo.En una rueda de prensa previa al discurso, Ed Gillespie, uno de los principales asesores de Bush, dijo que es "esencial" lograr una rápida aprobación del plan tal y como está, y añadió que hay "un montón de tiempo para otras cláusulas que podemos aprobar separadas de este acuerdo".El presidente también instó al Congreso a hacer permanentes las rebajas fiscales temporales aprobadas durante su mandato, una propuesta que le ganó la ovación en pie de los legisladores republicanos, mientras que los demócratas se quedaban sentados.Bush dijo que vetará todo proyecto de ley que aumente los impuestos.Además, se refirió al tema de la energía, uno de los asuntos recurrentes en sus discursos en los últimos años con la escalada del precio del crudo.Bush señaló que la seguridad, prosperidad y el medio ambiente de Estados Unidos "requieren una reducción de nuestra dependencia del petróleo".Para lograr "seguridad energética", el presidente dijo confiar en el ingenio de los científicos estadounidenses para crear "una nueva generación de tecnología de energía limpia".