El pacto establece en concreto que el Gobierno de Berlín no podrá asumir a partir de 2016 un nuevo endeudamiento superior al 0,35% del PIB, pero con la aspiración de evitar por completo la aplicación de ese recurso, mientras los Lander se comprometen a suspender absolutamente todo nuevo endeudamiento desde el año 2020.

Oettinger explicó que el acuerdo contempla la posibilidad excepcional de asumir nueva deuda en tiempos de recesión, aunque con el compromiso de devolverla inmediatamente al superar la situación adversa, o en situaciones de catástrofe o crisis económicas mundiales.


Struck subrayó por su parte que durante las complicadas negociaciones ni uno solo de los estados federados trató de bloquear las conversaciones.