Berkeley Energia nunca ha sido ajeno a la especulación, ni mucho menos. Es más, durante todo 2020, más allá de las novedades y de los pasos hacia la consecución de la mina con las autorizaciones, el valor siempre estuvo en el centro de fuerte avances sin noticia alguna que los sostuviera.
Incluso el regulador bursátil australiano, donde también cotiza el valor, requirió explicaciones a la empresa por algunas de estas súbitas subidas, sin que la compañía pudiera hacerlo.
De momento todo apunta a que el pasado día 20 pasaba lo mismo con un volumen de contratación superior a 14 millones de acciones, frente a los algo más de un millón negociado en un día medio de mes y subida del 16,5% en una sola sesión. Después tocaba recogida de beneficios, hasta en seis sesiones consecutivas, sin que sepamos si tendrá fin o continuará. Caídas acumuladas que superan el 9%.
Vuelve el valor a niveles de mediados de abril pasado, tras ese, como decimos rebote en principio sin apoyos que se conozcan y mientras los expertos consideran que no tampoco el apoyo técnico bendice una recuperación del valor. Desde mínimos avanza casi un 30%, pero todavía le queda subir un 36% hasta los 0,49 euros por acción, sus máximos anuales.
Con todo, Berkeley se coloca de nuevo en niveles aceptables escapando de la zona de soporte y gana en el último mes un 4,52%, recuperando posiciones y minimizando pérdidas en el mercado, hasta el 1,16%.
Según los indicadores premium de Estrategias de Inversión, Berkeley alcanza, tan solo, dos puntos de los diez posibles, mejorados incluso, pero se mantiene en modo bajista. Entre lo mejor del valor destacamos el volumen a largo plazo que es creciente y la volatilidad del valor, medida en términos del rango de amplitud, que se muestra decreciente a medio y largo plazo. En la parte más desfavorable, la tendencia a medio y largo plazo que es bajista para el valor, el momento total, lento y rápido que es negativo y el volumen de negocio a medio plazo, que se muestra decreciente.
Por lo demás, tal vez podría verse beneficiada por el buen tono de otra minera australiana con intereses en España, Highfield Resources que refrenda avances para asegurarse su mina de potasa en España, como nos cuenta Espansión. Se trata del proyecto Mina Muga, a través de su filial Geoalcali para explotar el subsuelo de la zona de Sangüesa y Javier en Navarra y en Undúes de Lerda y Urriés en Zaragoza. Se trata de excavar la mayor mina subterránea de España.
Y Berkeley, recuerden que sigue reivindicando sus intereses tras la ley de Cambio Climático y a la espera de la decisión de la concesión definitiva del ministerio de Transición Ecológica, previo visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear. La compañía australiana refrenda que no hay nada en nueva normativa que impida la construcción de la mina a cielo abierto para extraer uranio en Salamanca.
La nueva ley dice que no se admitirán nuevas concesiones de explotación de materiales radioactivos y que las concesiones que ya existen continuarán su trámite con normalidad, a lo que Berkeley se acoge de cara al futuro.
