El asunto pasó al Alto Tribunal británico, donde hoy se tratará a puerta cerrada, según informa el diario.

Bradley Hurrell, ejecutivo de la división de mercados de capitales estructurados de Barclays, declaró al tribunal que los documentos no habían sido revelados en su totalidad a la Hacienda británica.

El material ocultado contenía, según Hurrell, "información reservada sobre los clientes y el propio banco...que, de hacerse pública, podría perjudicar a nuestro negocio".

El material fue filtrado por un empleado o ex empleado de Barclays al periódico, que, según el banco, decidió tomarse la justicia por su mano en lugar de pasar esa información a las autoridades competentes.

El director del periódico, Alan Rusbridge, defendió, por su parte, ante el tribunal la decisión de publicar esos documentos por considerarlos "de la máxima importancia en el debate sobre evasión fiscal" en el Reino Unido.

Los documentos en cuestión ponen de manifiesto, según Rusbridge, los instrumentos extremadamente complejos y artificiales con los que el banco ha tratado de evitar el pago de impuestos, aprovechando lagunas en la legislación británica