A tiro de OPA: Los bancos deshojan la margarita de las fusiones. BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Sabadell, Unicaja y Liberbank.

Fue bonito mientras duró. La fusión entre Unicaja y Liberbank habría creado el sexto banco más grande de España con 97.000 millones de euros en activos, y habría supuesto un pasito más hacia la tan deseada, desde Bruselas, consolidación Bancaria.  Pero no pudo ser.  Las entidades no consiguieron llegar a un acuerdo sobre las condiciones del canje de acciones y el sector recibe una nueva decepción en pro de la rentabilidad y la eficiencia, en un momento en el que los bancos europeos tratan de sobrevivir al retraso de la primera subida de tipos en Europa desde 2011.

Pero, a pesar de que la escasez de negocio (el crédito descendió un 3,9% en 2018) y la baja rentabilidad apremia las nuevas fusiones defensivas, de momento tanto los intentos de Commerzbank, con Deutsche Bank o UniCreditt, como la de Liberbank con Unicaja o Abanca, se resisten.

La española Abanca, con 50.000 millones de euros en activos, también se había acercado a Liberbank en febrero para una adquisición, pero finalmente abandonó su oferta potencial después de no haber podido llevar a cabo la diligencia.

Bank of America Merrill Lynch, asesor financiero de Abanca en el posible acuerdo con Liberbank, reveló la primera semana de mayo una participación del 7,8% en Liberbank, lo que eleva la especulación de un interés renovado.

A tiro de OPA tras el BCE: Los bancos deshojan la margarita de las fusiones. BBVA, Banco Santander, CaixaBank, Sabadell, Unicaja y Liberbank.

Mientras tanto, los reguladores bancarios y las autoridades (BCE, FMI, EBA, etc.) insisten en que la fragmentación nacional y la rentabilidad inferior a la media han hecho que el sector bancario europeo no esté suficientemente equipado para financiar el crecimiento de la economía real. En su opinión, las fusiones transfronterizas crearían campeones paneuropeos, pilares financieros del tan ensalzado mercado único.

Sin embargo, en el sector nacional los ojos siguen puestos en el territorio local. El mapa bancario español ha pasado de 45 a 13 entidades en diez años, después de varios rescates públicos y la primera resolución europea protagonizada por Popular en junio de 2017. Y aunque según las estimaciones del mercado no hay espacio para más de seis o siete bancos en España, desde Analistas Financieros Internacionales (AFI) creen que todavía hay recorrido para más concentración bancaria en un escenario prolongado de tipos de interés extremadamente bajos.

 

Caída de la rentabilidad del índice bancario europeo STOXX Banks desde febrero de 2018

La banca mediana en el punto de mira

En cuanto a la especulación sobre fusiones y adquisiciones bancarias en España la mayor parte de la atención se centra en el segmento de tamaño mediano, con Bankinter, Kutxabank, Unicaja, Abanca, Liberbank, Ibercaja y Cajamar Caja Rural. "Aunque reconocemos que estamos llegando al final del proceso de consolidación, seguimos creyendo que existen oportunidades. Existe muy poca superposición entre las franquicias de bancos regionales que podrían intentar fusionarse como una forma de diversificar y ampliar su negocio. También vemos que algunos de los bancos más grandes, como Bankia y Sabadell, posiblemente estén buscando realizar operaciones corporativas para completar sus desiguales franquicias", señala Marco Troiano, director de calificación de entidades financieras de Scope Ratings.

En este último punto, ni siquiera las instituciones más grandes del país están a salvo: Las fusiones de BBVA-Bankia o Banco Sabadell-Bankia también han sido objeto de especulación mediática.

El aumento de tamaño sería, evidentemente, uno de los resultados de la fusión entre bancos regionales de tamaño mediano. Muchas de las fusiones posibles entre estos bancos llevarían a la entidad resultante a ocupar la sexta posición por activos, por detrás de Sabadell y los cuatro grandes. (Santander, BBVA, Caixabank y Bankia).

"Se trata de mucho más que de lograr aumentar el tamaño. La principal motivación estratégica de la consolidación entre los bancos regionales españoles es la intención de crear una mayor capacidad de inversión para la digitalización. Esto no es un asunto trivial: sin esa capacidad, los bancos regionales independientes no podrán resistir la competencia de los bancos más grandes en una era de rápidos cambios en el comportamiento de los clientes", comenta Troiano.

 
 
 

El tamaño importa

Todas las entidades, grandes y pequeñas, admiten que es muy difícil ser rentable en este entorno en dónde ni siquiera la mayoría de las principales entidades españolas son capaces de cubrir el coste del capital, que los expertos cifran entre el 9 y el 10%. Según estima un informe deAlvarez&Marsal (A&M) sobre el top 12 de los bancos a cierre de 2018, solo Santander, BBVA, Bankinter y Abanca superan esta barrera en España para ser rentables, Ibercaja y Banco Cooperativo de Crédito serían los que sufren el menor rendimiento, muy lejos de cubrir el coste del capital, con unas ROE del 1,4% y del 2,7%, respectivamente.

A demás, A&M estima que el tamaño óptimo para operar en España oscilará entre los 200.000 millones y los 300.000 millones de euros en activos. Actualmente, sólo Santander, tras sumar Popular; CaixaBank; BBVA y Bankia, que integró BMN en 2018, entrarían en este umbral mínimo para competir. Puede haber espacio en el panorama bancario español para entidades de menor tamaño, como Bankinter, una de las más rentables y eficientes.

Las especulaciones no acaban al aumentar el tamaño. Santander,  que está en pleno proceso de integración de Popular, de momento ya se va a llevar por delante 3.713 empleados y  unas 1.150 oficinas. CaixaBank, por su parte, acaba de cerrar su ERE sin necesidad de utilizar medidas forzosas y se enfoca en integrar al lusoBanco Bpi.

Respecto a BBVA, los corrillos apuntan a que le interesaría una operación corporativa en el mercado doméstico para reducir su dependencia a México y Turquía.

En cuanto a Bankia ySabadell ambas podrían ser susceptibles de adquirir o ser adquiridas y, entre ellas, se entienden. O se entendieron. Al menos es lo que se desprende de la relación y declaraciones tanto de banquero catalán, Josep Oliú, como su homólogo en Bankia, José Antonio Goirigolzarri, cuya intensidad de diálogo confidencial, según apunta la prensa, se quedó en 2018, para desvanecerse tras la moción de censura a Mariano Rajoy.

Sin embargo, todo puede pasar. El pasado mes de marzo Oliu reconoció que la débil valoración bursátil del Sabadell, en línea con los bajones en el resto de bancos europeos "puede ser una oportunidad para otro que quiera comprar".