Standard & Poor’s ha reforzado mantenido la calificación de la deuda del país sudamericano. Sigue otorgándole una puntuación alta de “BBB” en moneda extranjera de largo plazo y en corto plazo de “A-2”. En cuestión a moneda local a largo plazo México recibe una nota de “A-” y en corto plazo de “A2”. (Acceder al comunicado)
La agencia de riesgo aseguró que esta ratificación se debe a que la administración mexicana lleve a cabo las reformas energética y fiscal cuyo proceso de aplicación ya ha comenzado y así ayude a "mejorar de manera significativa su margen de maniobra fiscal e inyectar más dinamismo en la economía".
En este sentido, las dos reformas podrían suponer un impulso a la economía para S&P. La reforma fiscal, con el nuevo gravamen, y la energética, que permitiría a determinadas compañías del sector privado a entrar en algunas operaciones del sector del petróleo, han sido determinantes para mantener este factor de riesgo.
Actualmente, estas dos medidas están siendo discutidas en el Congreso mexicano y para la agencia de riesgo podría suponer que se redujera la dependencia que tienen actualmente en los ingresos petroleros que, actualmente, es la tercera parte de la recaudación global del país. "Lo que finalmente apruebe el Congreso sentará las bases para realizar proyecciones más realistas sobre los ingresos", aseguró S&P.
“La combinación de la reforma fiscal y la de energía es lo que determinará el impulso a las cuentas económicas y fiscales, no alguna de ellas de manera aislada", añadió la agencia. "Esperaremos al menos hasta tener la aprobación parcial de ambas para evaluar sus implicaciones sobre las calificaciones soberanas", afirmó.
La aprobación de la reforma fiscal, clave
En la misma línea se muestran también otros expertos. En este caso, Marco Oviedo, economista jefe de Barclays México, considera que "la debilidad de la actividad económica mexicana está añadiendo presión a las negociaciones de reforma fiscal, que parecen propensos a ser diluidos en el Congreso".
Pese a ello, sigue teniendo una visión positiva al respecto. "Aunque seguimos siendo optimistas sobre la aprobación de la factura energética, los desacuerdos actuales podrían reducir el apoyo político para ello", asegura.
"La posición de México como uno de los destinos favoritos de inversión dependerá de cómo el gobierno sea capaz de negociar las condiciones políticas y económicas difíciles", sentencia.