La agencia Standard & Poor's ha confirmado el rating de Estados Unidos en "AA+", un escalón por debajo de la "triple A" (máxima calidad), con perspectiva estable. La firma señala que la economía estadounidense está soportada por su resiliencia y diversificación, aunque constreñida por el déficit y una política polarizada.

La perspectiva estable refleja la visión de que hay menos de un tercio de posibilidades de que se produzca un cambio de rating en los próximos dos años. S&P recortó la "nota" de Estados Unidos en agosto de 2011, en un movimiento que provocó inestabilidad en los mercados de acciones. Estados Unidos había conservado el rating "triple A" durante 70 años.

Las otras dos grandes agencias, Moody's Investors Services y Fitch Ratings, mantienen la "triple A" para la calificación de Estados Unidos. S&P ha destacado la fortaleza institucional, la flexibilidad de la política económica y su estatus únicos como emisor de la divisa de referencia a nivel mundial. Sin embargo, la polarización política, el alto nivel de deuda del Gobierno y el déficit público limitan el rating.

S&P espera un crecimiento del PIB entre el 2,5% y el 3,5% durante los próximos años, soportado por un repunte de la actividad manufacturera, debido a costes laborales competitivos y el menor coste del gas natural, por un aumento de la producción.

C.P.O.