Además de los mayores rendimientos de los bonos, Fonda también destaca los temores de la inflación, impuestos más altos y un clima regulatorio más duro. Un coctel que invita a ponernos defensivos en los mercados.
Wolfe Research ha esbozado algunas razones que justifican la toma de precauciones el pasado lunes.
“Por un lado, el mercado de valores y la Reserva Federal están jugando a la gallina con las tasas de interés. Los rendimientos de los bonos a largo plazo, que la Fed no controla directamente, se han disparado últimamente, ejerciendo presión sobre la tecnología y otros sectores de alto crecimiento. Las tasas más altas reducen el valor presente de los flujos de efectivo futuros y podrían afectar al mercado en general si siguen aumentando”, han destacado los estrategas de Wolfe.
Pero desde la FED han indicado que no intervendrán para reducir las tasas a largo plazo si no hay signos que ameriten estas acciones como el endurecimiento de las condiciones financieras, según ha afirmado Jerome Powell.
No obstante, la gran preocupación de la FED es la inflación. Su indicador preferido, los precios de gastos de consumo personal básico o PCE, que excluye la volatilidad de los alimentos y petróleo. En febrero se encontraba en un 1.4%, apenas un punto por encima de noviembre 2020.
Pero la inflación está afectando a los precios al productor con un aumento del 2,8% para los últimos 12 meses. El mayor amento desde octubre de 2018.
Este aumento impulsó las ganancias en estos precios según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU.
Para Wolfe estos son los primeros signos de un aumento progresivo de la inflación, aunque la FED espera que sean transitorios. Pero si permanecen esto perturbaría a los mercados y a la imagen de la FED.
Otra señal es la falta de miedo en los mercados. “Una actitud de riesgo ausente que ahora están atravesando las tecnológicas de gran capitalización, junto con áreas como acciones de pequeña y micro capitalización, SPAC y fondos cotizados en bolsa como el fondo cotizado en bolsa ARK Innovation (ticker: ARKK), un ETF de alto rendimiento que ha caído drásticamente en las últimas semanas y ha bajado un 11,7% en el año”.
Otras dos causas que destacan es el freno del comercio mundial ante la pandemia alrededor del mundo y los aumentos de impuestos provenientes de Washington.
El aumento de los impuestos se hace más palpable con el gobierno a cargo de Biden y los demócratas en el Congreso preparándose para aprobar un proyecto de ley de infraestructura que podría incluir mecanismos de financiación como impuestos corporativos e individuales más altos.
Aunque aún no se conocen los detalles, el mercado no parece estar preocupado, aunque esto sea un obstáculo para las ganancias corporativas que también podría afectar a los gastos personales.
Los sectores y acciones defensivas soportan mejor estos efectos, pero es posible que sectores tradicionales como productos básicos o servicios públicos no puedan sortear estos impactos. Además ambos sectores no cuentan con un buen rendimiento en estos primeros meses del 2021.