En su opinión hay muchas razones que justificarían este argumento, aunque explican que quizá la más importante es la valoración que han alcanzado mercados como el de Estados Unidos. Lukas Daalder, director de inversiones de la gestora señala al S&P 500, el selectivo de Wall Street. El experto calcula que el índice “cotiza a un PER Shiller de 30,7 veces, un nivel que solo se había visto antes en 1929 y en el año 2000”. Este indicador mide el ratio entre el precio y los beneficios de las compañías en los últimos 10 años.

También indica el experto que el spread de los bonos de alto rendimiento, o high yield, está en el 15%, el más alto en la historia, mientras que la rentabilidad del bono alemán a 10 años es del 0,4%. “Completamente alejado del crecimiento de la economía alemana, que ha rondado el 2,5% en los últimos cinco años”, dice Daalder.

Para centrar lo que ocurre con el S&P 500, el experto recuerda que en los últimos seis años el beneficio por acción ha crecido un 30%, mientras que el índice se ha revalorizado un 120%, esto es, cuatro veces más que las ganancias de las empresas. “Tenemos que admitir que hemos elegido con cuidado este periodo de tiempo para maximizar este diferencial, pero aun así no se puede negar que durante los últimos años el índice ha sobrepasado el comportamiento general de la economía elevando las valoraciones de las cotizadas”, asegura Daalder.

¿Hasta cuándo?

Los gestores de Robeco hasta cuándo va a durar la fiesta y aseguran que “la respuesta más honesta es que la valoración juega un papel importante en el largo plazo –en periodos de entre 5 y 10 años-, pero no sirve para predecir el futuro”. Y recuerdan que el ejemplo más claro fue la burbuja de las puntocom a la que el propio presidente de la Reserva Federal de aquella época bautizó con la ya célebre expresión de “exuberancia irracional”. Eso lo hizo en un discurso en 1996 y los precios siguieron subiendo con alegría tres años más.

Con todo, aseguran en Robeco que la situación no es comparable con aquella época, los años que ocuparon el periodo de 1996-2000. Y recuerdan que a este rally, al que asistimos en estos momentos, ya se le ha llamado el menos querido de la historia. “Pero nos puede servir para ilustrar de forma clara el ejemplo de que los rallies dirigidos por un momentum de compra pueden durar un largo periodo de tiempo”, afirma el experto. Dice, además, que se puede decir lo mismo de los spreads del high yield. Comenta que “la última vez que vimos unos diferenciales en estos niveles estábamos en 2006 y fue necesario que pasara un año y medio más para que los problemas aparecieran”.

Explica Lukas Daalder que “este periodo de descuento puede ser muy divertido de ver”. Eso sí, advierte que “cuanto más dure el partido, mayor será el crash y más durará el periodo de normalización”. Ese es el motivo por el que en la gestora esperan que los mercados se tomen un descanso el año que viene. Y eso, señala, podría derivar en algo más de volatilidad en la renta variable, mayor rentabilidad de los bonos y del crédito.  En su opinión, el año que viene no será brillante para los inversores.

A pesar de esos argumentos, en la firma indican que “si hemos aprendido algo en los últimos años es que los mercados financieros no suelen pasear por el camino más indicado. Sigue aumentando el momentum para los valores de crecimiento, los beneficios se fortalecen y no se ve todavía un aumento de la inflación”. Recuerda el experto el papel de los bancos centrales y apunta que “mientras que el sentimiento siga alto, los mercados pueden continuar ignorando esas preocupaciones”.

 

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