La inflación en Alemania para el mes de julio se ralentiza, lo que aumenta la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE).

En concreto, la tasa anual ha descendido hasta una subida del 0,8%, frente al 1,0% del mes de junio. En términos mensuales, el aumento en el IPC queda sin cambios en el 0,3%. El consenso esperaba una subida del 0,8% y 0,2%, respectivamente.

Los datos de inflación armonizada por su parte se sitúan en línea con la misma tasa anual del 0,8% y subida mensual del 0,3%, en comparación el aumento del 1,0% y 0,4%, respectivamente, del mes de junio.

Los economistas de Capital Economics comentan que “una tasa de inflación tan baja en Alemania, el motor del crecimiento en la Zona Euro, nos recuerda que las evidentes caídas en los precios de algunos países periféricos no son sólo ajustes de precios relativos y que el riesgo de deflación sigue siendo un fenómeno de toda la región”.

“Si Alemania y España registran una ralentización en sus respectivos IPCs, hay un riesgo bajista para la inflación de la Zona Euro también. Son claramente malas noticias para el BCE”, comentan los expertos de Berenberg. “Podría volver a hacer pensar que la autoridad monetaria debe hacer más y más pronto que tarde”, afirman.

La Zona Euro publicará mañana el dato del IPC para el mes de julio. Antes de la publicación de los datos de inflación hoy de Alemania y España, el consenso no esperaba cambios al dato de junio de una subida anual del 0,5%.

El BCE celebrará su próxima reunión sobre la política monetaria una semana después, el 7 de agosto.