Irlanda se convirtió ayer en el primer país de la Zona Euro que sale oficialmente del rescate internacional, aunque su primer ministro, Enda Kenny, ha advertido que el país tendrá que seguir con medidas de presupuesto prudentes. El 21 de noviembre de 2010, el entonces líder del "tigre celta", Brian Cowen, confirmó que había solicitado formalmente asistencia financiera del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF por sus siglas en inglés) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). Irlanda recibió un rescate de 67.500 millones de euros y se sometió a la vigilancia de la “troika” (representantes del FMI, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo). Como parte del acuerdo, el país se vio obligado a implementar medidas de austeridad que incluían fuertes recortes en gastos y aumentos en impuestos. “Salir del programa significa que podemos controlar nuestros asuntos”, ha indicado el ministro de Finanzas irlandés, Michael Noonan. “Un Gobierno irlandés, elegido por los ciudadanos irlandeses, puede tomar todas las decisiones sobre el futuro de nuestro país”, ha añadido.

No obstante, la salida del rescate no significa que Irlanda pueda gastar lo que quiera y Kenny ha prometido continuar con cautela. “Tenemos que seguir implementando políticas prudentes para el presupuesto”, ha insistido. Lo cierto es que al rechazar una línea de crédito de la Unión Europea, Irlanda se enfrenta otra vez a los mercados de bonos para obtener su financiación. No obstante, Dublín ya emitió deuda soberana este año. En enero, vendió 2.500 millones en bonos con vencimiento en 2017 con una rentabilidad del 3,32%. La NTMA (Tesoro irlandés) también logró en marzo la primera emisión de bonos a 10 años desde 2010 con una rentabilidad del 4,15%.

El consejero delegado de la NTMA, John Corrigan, ha indicado que el "tigre celta" debe tener aproximadamente 20.000 millones a finales de diciembre y que aún le quedan por recibir 800 millones más de la “troika” a principios de 2014. Corrigan espera anunciar el calendario de emisión de deuda en enero. “Idealmente, incluirá algunas subastas a lo largo de 2014, porque el reto es alcanzar una vuelta regular a los mercados de una forma sostenible”, ha comentado.

En cualquier caso, Irlanda está lejos de conseguir la recuperación total. Kenny ha admitido que la creación de empleo tiene que ser el objetivo de las políticas. Aunque la tasa de paro -actualmente en el 12,5%-se ha recuperado desde los máximos del 15% a principios de 2012, alcanzar el pleno empleo parece improbable durante los próximos seis años, según el líder irlandés. “Sólo con aumentar el empleo total hasta más de dos millones de personas en 2020, podemos reemplazar todos los puestos destruidos”, ha dicho Kenny.

J.M.