ING ha cerrado el tercer trimestre del año con una caída de su beneficio del 85%, tras provisionar 950 millones de euros por la venta de su negocio de seguros en Corea del Sur. En concreto, las ganancias netas de la entidad han sido de 101 millones de euros, frente a los 659 millones del mismo periodo del año pasado y frente a la pérdida de 27,3 millones prevista por el consenso. El beneficio sin extraordinarios ha subido un 5,6%, hasta los 891 millones, pero se sitúa por debajo de los 899 millones que esperaba el consenso de Bloomberg y los 1.250 millones que esperaba el de Dow Jones.
El consejero delegado (CEO) de la entidad, Patrick Flynn, ha señalado que estos resultados han sido “sólidos”, destacando que ING ha avanzado significativamente desde el crash financiero de 2008 y que su programa de reestructuración va por el buen camino.
S.C.