Los medios financieros de Estados Unidos se han llenado del nuevo rumor sobre el futuro de la Reserva Federal: Stanley Fischer -cuyo currículo incluye haber sido el gobernador del Banco de Israel, el director gerente del Fondo Monetario Internacional (IMF) o incluso director del Departmento de Economía del MIT en el que enseñó al mismísimo Ben Bernanke- es el principal candidato para ser el número dos de la Fed cuando la actual vicepresidenta, Janet Yellen, tome el mando de la autoridad monetaria a la salida de Bernanke en enero del año que viene.
Además, algunas informaciones apuntan no sólo a que el presidente, Barack Obama, junto con Yellen, ya ha tomado la decisión, sino a que Fischer ya ha aceptado el puesto. ¿El único obstáculo a un anuncio oficial? Yellen sigue a la espera de la confirmación en el Senado de su puesto al frente de la Fed, algo que podría ocurrir la semana que viene.
En general, los economistas parecen aprobar la elección de Fischer ya que gestionó con éxito la economía israelí durante la crisis financiera. Mientras otros países luchaban con la recesión, Fischer anunció en 2009 una subida de los tipos, comunicando ipso facto el fin de la crisis para Israel.
Para Goldman Sachs, Fischer “no es tímido de cara a una política monetaria acomodaticia”. Estos expertos explican que este candidato considera la utilización del balance como un factor positivo. El mismo Fischer comenzó un programa de compra de activos cuando estaba en el Banco de Israel y recientemente aplaudió la QE de la Fed.
No obstante, estos analistas creen que es “escéptico” sobre el guidance de la Fed y recuerdan que Fischer explicó que “resta flexibilidad. No sabemos lo qué ocurrirá dentro de un año. Es un error ser demasiado específico”. En este contexto, Goldman considera que “las declaraciones de Fischer implican al menos algún riesgo en torno a nuestras expectativas de que la Fed eventualmente ajuste su guidance al reducir el umbral de desempleo hasta el 6,0%”.
En cualquier caso, estos expertos creen que Yellen y Fischer estarán de acuerdo en que la Fed no implementará un endurecimiento de la política en el futuro cercano. “La diferencia entre Yellen y Fischer es de táctica, no de estrategia”, concluyen.
J.M.