¿Está la Zona Euro convirtiéndose en Japón? Es la pregunta que se plantean hoy martes los analistas de Capital Economics, quienes señalan que “hay un peligro creciente y real de que la región de la moneda única entre en una 'pelea' a la japonesa contra unos precios débiles o en constante descenso”. De hecho, van más allá, al señalar que “incluso un periodo de baja inflación, aunque positiva, sería un grave impedimento para los esfuerzos de los países periféricos de restaurar la salud de sus finanzas públicas”.
Recuerda la firma que en mayo el IPC de la Zona Euro fue de tan sólo el 0,5%: “Varias economías periféricas ya están viendo caídas absolutas e incluso los países centrales flirtean con la deflación”, señala. El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha llamado la atención sobre algunas diferencias entre la situación de la región y la que enfrentó Japón antes de su “década pérdida”. Las “presiones de desinflación están más centradas en el primer caso y las expectativas de inflación firmemente ancladas. Los balances bancarios y corporativos se encuentran en mejor estado de salud y la política monetaria se ha ajustado de manera más decisiva”, son algunas de las que recogen estos expertos.
Sin embargo, Capital Economics reconoce que existen otras comparativas que ofrecen menos garantías: “El crecimiento y el nivel del PIB de la Zona Euro ha sido sustancialmente menor que el de Japón, lo que resulta en una brecha de producción mucho mayor. Y la mejor salud de los bancos europeos no les ha llevado a prestar más que de lo que lo hicieron sus homólogos japoneses”. Incluso, añade, las semejanzas políticas son menos reconfortantes cuando miramos más allá de los tipos de interés: “La contracción en el balance del BCE en los últimos trimestres lo ha dejado solo marginalmente más expansivo que el del Banco de Japón (BoJ por su siglas en inglés) antes de su 'pelea' con la deflación”.
Con todo, la cuestión es ¿qué pueden hacer las autoridades monetarias? “El BCE parece que va a reaccionar 'aflojando' está semana, con un recorte de tipos y medidas para impulsar los préstamos bancarios. Pero es probable que sea necesaria una acción más decisiva, que incluya un programa de flexibilización cuantitativa y, tal vez, la intervención directa para reducir el tipo de cambio del euro”. La clave, opinan estos expertos, es que la Zona Euro “no tiene por qué convertirse en japón para causar graves perjuicios a sus economías periféricas. Incluso una baja inflación positiva hará difícil a estas regiones restaurar la competitividad y evitar que se eleven sus ratios de deuda”.
En este contexto, concluyen, “y sin perjuicio del reciente optimismo en los mercados, el riesgo de que uno o más de esos países busque una ruta diferente para recuperar la 'salud' económica y fiscal, quizá vía default o incluso saliendo de la moneda única, aún no se ha evaporado completamente”.
Sara Carbonell