Los mercados estarán hoy pendientes de un Banco Central Europeo (BCE) y de un Mario Draghi que, si se cumplen los pronósticos, ni anunciará la puesta en marcha de nuevas medidas extraordinarias ni recortará los tipos de refinanciación, actualmente en el 0,25%.
Curiosamente, entre las previsiones de los expertos, en esta ocasión se habla muy poco de la puesta en marcha de medidas extraordinarias (eso, a pesar de que el propio miembro del Consejo del Banco Central Europeo, Jens Weidmann, "abriera la veda" de las especulaciones hace una semana para luego retractarse el fin de semana pasado) y existe bastante unanimidad en la idea de que los tipos de refinanciación no se tocarán. Como les venimos contando desde el lunes, 18 de los 22 economistas consultados por Reuters creen que no habrá cambios en los tipos mientras que sólo tres de los 57 preguntados por Bloomberg esperan cambios en los tipos de refinanciación (uno prevé un recorte hasta el 0,10% y dos hasta el 0,15%).
El lunes, los expertos de Citi emitían un informe en el que señalaban que no esperan cambios en los tipos en esta reunión. “Creemos que el BCE se va a centrar en las señales de recuperación de la actividad económica y reiterará su forward guidance (tipos bajos durante un periodo prolongado). Sin embargo, esperamos que Draghi suene más pesimista de lo que sonó en marzo. Seguimos esperando un recorte de tipos en junio”, añadían desde Citi.
El martes, por el contrario, los de Danske Bank advertían de que el mercado ya ha tenido bastantes palabras y que necesita acción.“Vemos un incremento de posibilidades a favor de que el BCE actúe con alguna medida de alivio esta semana”, señalaban en un informe los expertos de Danske Bank. “En las últimas reuniones el Consejo del BCE ha discutido una mayor flexibilización y creemos que la balanza se inclinará hacia esa dirección en esta ocasión. Nuestro escenario principal es una reducción de los tipos de refinanciación hasta el 0,15%”.
En todo caso, lo que parece que sí esperan los expertos es que Draghi imprima un tono más duro y pesimista a su discurso. Al fin y al cabo, estamos ante un periodo de inflación “muy, muy baja”, como dijo esta semana el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y, de alguna manera, el presidente del BCE debe reaccionar.
“Si el BCE se abstiene, de nuevo, de anunciar medidas de alivio, esperamos que Draghi suene pesimista, pero esto será inicialmente una pequeña decepción. En algún momento los mercados tendrán suficiente de palabras suaves y necesitarán que se pase a la acción”, añaden desde Danske Bank.
En las últimas reuniones, y siempre que ha sido preguntado al respecto (e incluso sin ser preguntado), Draghi ha dicho que el BCE espera un periodo de inflación baja prolongado que se girará progresivamente al alza para situarse aún por debajo del objetivo del 2% del organismo. El presidente del BCE ha repetido, “por activa y por pasiva”, que no le preocupa la deflación y que no contempla ese escenario.
Nieves Amigo