Ahora todo lo eclipsa la posibilidad de que, por primera vez en su historia, Estados Unidos incurra en una quiebra técnica que le impida pagar sus deudas si demócratas y republicanos no llegan a aun acuerdo para elevar el techo de deuda antes de la madrugada de mañana 17 de octubre. Sin embargo, cuando todo esto quede en una amenaza fruto del peligroso juego político de Washington, las bolsas volverán a subir porque hay hasta cinco poderosos motivos para seguir con el rally según Nico Inberg, trader y analista colaborador de la siempre interesante Seeking Alpha.

Para este experto, si los inversores se han relajado no es por el atasco político de Estados Unidos, sino porque sufren acrofobia, mal de altura, “una enfermedad común” pero que se curará y llevará al S&P de nuevo por encima de los 1.700 puntos y muy cerca de sus máximos históricos, los 1.729 puntos. Ayer mismo, el principal índice del mundo cerró muy cerca de ese primer nivel, en los 1.698 puntos.

A continuación, las cinco razones de Inberg:

1) Años de bajos tipos de interés: el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Japón (BoJ por sus siglas en inglés) y la Reserva Federal (Fed) han rebajado el precio del dinero a mínimos, y además han inyectado miles de millones en los mercados financieros. Este dinero ha reducido las rentabilidades de los bonos gubernamentales, convirtiendo a otros activos como las acciones en opciones más atractivas para invertir. Esperamos un periodo de crecimiento económico más vigoroso, pero hasta que llegue, los bancos centrales mantendrán estas políticas. Las rentabilidades por beneficios de las acciones se hacen en este entorno más y más atractivas.

2) Las compañías lo están haciendo bien: si analizamos las 200 compañías más grandes del mundo, la mayoría están sanas y son rentables en bolsa. Los recortes de costes, el enfoque en los productos estratégicos y la presencia en los mercados emergentes les han servido para hacerlo bien.

3) Aunque lenta, la economía mundial crece: las economías occidentales aún son vulnerables, pero el crecimiento en países como Rusia, China o Indonesia es suficientemente fuerte como para permitir que la actividad global se expanda.

4) La población mundial sigue creciendo: no ha parado de hacerlo durante los años de la crisis financiera. En los países emergentes, la clase media también crece de manera rápida. Ellos disponen de más dinero para gastar y se han convertido en nuevos demandantes de productos de lujo. Las compañías se benefician de este aumento de clientes.

5) “Vuelo” hacia otra clase de activos: durante la crisis financieras, muchos inversores han optado por activos seguros como el oro o la deuda de Estados Unidos. Ahora observamos que en cada corrección del mercado, los inversores aprovechan la oportunidad para entrar.

María Gómez