Tras las fuertes caídas del miércoles, el Nikkei de Japón ha rebotado levemente un 0,42% en esta jornada de jueves, en la que ha cerrado en los 14.486,41 puntos. No se puede explicar el comportamiento de Japón sin el de China, que ayer asustaba a los inversores asiáticos con especulaciones sobre un endurecimiento de la política monetaria a pesar de que los bancos chinos triplicaban sus provisiones en el tercer trimestre. “Hedge funds, inversores institucionales e inversores minoristas están a la espera de los datos que lleguen de China”, subraya en Reuters Yuya Tsuchida, estratega de Toyo Securities.

De momento, esta madrugada se ha publicado un PMI manufacturero HSBC en China que sigue por encima de 50, ese umbral que separa expansión de retroceso. En el país conocido como “la fábrica del mundo” este dato es muy relevante, y apenas se mantiene por encima de ese límite. En el mes de octubre ha arrojado una lectura de 50,9, frente a los 50,5 esperados y los 50,2 del mes pasado.

“La economía de China está en un proceso de crecimiento decente, no espectacular como al que estábamos acostumbrados, pero suficiente para mantenerlo por encima de las previsiones del Gobierno de Pekín”, opina en Bloomberg Louis Kuijs, economista jefe en China de Royal Bank of Scottland.

A pesar del rebote en la plaza tokiota, el índice regional MSCI Asia Pacífico ha caído un 0,2%, porque en general en la zona se han extendido las ventas.

M.G.