Fidelity considera que "las posibilidades de que en China se dé una crisis bancaria al estilo occidental están disminuyendo". A pesar de que la concesión de créditos en este país ha ido por delante del crecimiento económico durante algún tiempo y la deuda del país se disparó hasta aproximadamente el 200% del PIB a finales de 2012, la firma americana considera que "las recientes reformas han mejorado la situación".

Como resultado de estos cambios, aseguran estos expertos que es probable que durante los próximos años los inversores recuperen la confianza: "Las amplias reformas anunciadas tras la reciente Tercera Asamblea Plenaria deberían fomentar una mayor transparencia en los ámbitos financiero y presupuestario a largo plazo, lo que mejorará el perfil crediticio de China y dará un impulso a la confianza".

Pero, ¿y las dudas con respecto a su sector financiero? Durante muchos años, los grandes bancos se han visto perjudicados por la obligación de conceder préstamos a otras empresas y grupos estatales a los que no habrían prestado dinero en condiciones "normales". Esto ha generado problemas estructurales en las entidades bancarias.

Algo que, según Jing Ning, gestor del FF China Focus Fund, se está solucionando: "El impulso que está dando el Gobierno a los enfoques de mercado desde la situación actual de las empresas estatales debería dar a los bancos chinos más autonomía sobre los carteras de préstamos. Esto significa que pueden elevar la rentabilidad, ya que podrán prestar a empresas de mayor calidad y estarán menos obligados a financiar empresas estatales menos rentables".

Además, gracias a un marco de tipos de interés y cambio más flexible, los bancos deberían ser capaces de reforzar sus productos y servicios y desarrollar una ventaja competitiva. Esto diversificará sus fuentes de ingresos y reducirá los riesgos asociados con los préstamos improductivos.

A pesar de ello, señala Fidelity que "a corto plazo existe la posibilidad de que la rentabilidad de los bancos chinos se resienta cuando los márgenes de intermediación se vean presionados por la liberalización de los tipos de interés".

Con respecto a la deuda china, otro de los obstáculos que hacen huir a los inversores, Ning reconoce que es elevada, pero señala que "en su mayor parte la acumulan las empresas y las administraciones locales, mientras que, en líneas generales, los ciudadanos y el Gobierno central apenas están endeudados". En eso difiere la situación frente a los países occidentales, lo que indica que es improbable que se produzca una crisis crediticia de estilo occidental. Todo esto hace de China un destino a considerar para nuestras inversiones.

M.D.