Aunque Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), se encuentra ahora de vacaciones en Italia, en septiembre volverá a encontrarse con las reclamaciones para adoptar más medidas para estimular una economía estancada.

Es oficial, la economía de la región de la “moneda única” se ha estancado por la debilidad de sus tres economías más grandes, Alemania, Francia e Italia. No hay ningún cambio en el crecimiento trimestral del PIB de la Zona Euro, según los datos correspondientes al segundo trimestre y publicados el jueves.


Alemania ha registrado su primera contracción desde el cuarto trimestre de 2012 y Francia también se ha estancado, según las cifras publicadas ayer. Sobre Italia, se conoció el pasado 6 de agosto que la economía transalpina volvió a entrar en recesión por tercera vez durante la crisis.


Las reclamaciones que piden una actuación aumentan
“La debilidad del crecimiento económico inevitablemente aumentará el volumen de las reclamaciones que piden que el BCE haga más para arrancar el crecimiento en la Zona Euro”, afirma Chris Williamson, economista jefe de Markit.

Desde BNP Paribas, advierten que “los riesgos bajistas para las perspectivas del crecimiento en la Zona Euro para el segundo semestre se intensifican”. Estos expertos admiten que el dato de ayer les ha “sorprendido” pero consideran que “probablemente ha sorprendido también al BCE”.

Sin embargo, algunos expertos no tienen tan claro que el BCE va a actuar, ni tras la confirmación ayer del dato de inflación de julio en el 0,4%, muy por debajo del objetivo del 2,0% del propio BCE. “Draghi ya ha quitado importancia al débil dato de julio al decir que la inflación subyacente está más alto (0,8%)”, explican los analistas de BNP.

Ignorar el riesgo de deflación podría ser un error
No obstante, estos expertos dan el aviso: “Nosotros estamos más preocupados (que el BCE). Los riesgos de un periodo prolongado de inflación baja, o incluso deflación, son materiales. Quitar importancia a estos riesgos podría ser un error de su política”.

Christian Schultz, economista jefe de Berenberg, tampoco tiene claro que el BCE está convencido de actuar. No obstante, Schultz señala que “el mal dato de Alemania debería debilitar la oposición del Bundesbank (banco central germano) a más estímulos si la mayoría del BCE decide que son necesarios más tarde este año. En este contexto, los datos del segundo trimestre hacen que más acción de Fráncfort sea más probable”.

¿QUÉ PODRÍA HACER DRAGHI?

La cuestión es no sólo si el BCE actuará sino qué medidas podría implementar. Draghi ya insistió en que hay que esperar para ver el impacto de las medidas implementadas en junio, porque tardarán su tiempo en llegar a la economía real. Sin embargo, las reclamaciones ahora se centran en la necesidad de un programa de compra de activos ABS o incluso una QE (programa de medidas cuantitativas) al gran escala del programa de la Reserva Federal.

Los expertos de Cebr afirman que los datos de hoy deberían convencer al BCE de mejorar su arsenal del “arma pequeño de junio hasta el bazuca que es la QE”. Los economistas de Capital Economics comparten esta opinión. “Creemos que el BCE debe implementar más medidas -probablemente en la forma de una QE a escala completa- para intentar bajar el euro y arrancar la recuperación”, comentan.

¿CUÁNDO VA A ACTUAR?

Desde Markit, Williamson cree que la clave para la decisión del BCE va a depender de los datos del tercer trimestre y si muestran la amenaza de otra recesión para la Zona Euro. “Cualquier debilidad significativa adicional en los datos macro para el tercer trimestre aumentará las expectativas de más estímulos del BCE, probablemente en la forma de compras de activos”, comenta.

El mercado tendrá que esperar al cuarto trimestre
No obstante, Williamson recuerda que Draghi quiere dejar tiempo para que las TLTROs funcionen y pueda ver su impacto, algo que debe empezar en septiembre. “Por lo tanto, será sorprendente ver cualquier acción adicional del BCE hasta el cuarto trimestre, al no ser que los datos causan una gran decepción en los próximos meses”, concluye Williamson.