En nuestro mundo económico, un caso típico son los exageradísimos sueldos que tienen los directivos de muchas grandes empresas. Ni les cuento los sueldos que tienen los consejeros de algunas grandes sociedades, que estos rozan ya el absurdo.

Los altos directivos que pasan 12 horas en una oficina y ni viven ni duermen, luchando por la compañía, aún tienen pase, pero si calculáramos lo que ganan algunos consejeros por minuto presentes en las oficinas de la empresa, nos saldría un disparate de magnas dimensiones. En algunas ocasiones los sueldos son tan altos que en la época de la burbuja.com llegaron a suponer la riqueza más floreciente y retorcida para los directivos y la ruina vil para los accionistas. Esto es un abuso que nadie tiene ningún interés en parar, porque... a ver quién le pone el cascabel al gato.

Tras la gran crisis iniciada en 2007, se han intentado muchas medidas para paliar estos abusos en muchos países, pero no da la sensación de que se haya conseguido, salvo en casos contados. Especialmente elevadas las pensiones de jubilación doradas de algunos directivos de bancos españoles.

En esta línea de pensamiento me ha parecido realmente muy curioso un estudio publicado hace un par de años en EEUU y del que se hacía eco un artículo de Daniel Gross en la web de EEUU Slate hace algún tiempo.

El estudio está realizado por los profesores David Yermack de la Universidad de Nueva York et Crocker Liu de Arizona y se llama algo así como ¿dónde están las mansiones de los accionistas? en clara alusión a ese libro tan famoso hace algunos años que se llamó ¿donde están los yates de los clientes?

No se les ha ocurrido otra cosa que comprobar a base de investigaciones bastante complicadas, pues no es un dato fácil de obtener, donde vivían 488 de los 500 presidentes de cada compañía del S&P 500. Los resultados son más que curiosos.

Lo pueden encontrar al completo en inglés en este enlace, vamos a comentar lo más destacado.

http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=970413

1- Lo primero que se ve es que, como era de esperar, viven bien. La casa media de presidente de compañía del S&P 500 tienen 1.600 metros cuadrados, 11 habitaciones, y 4,5 cuartos de baño por casa. El precio medio de cada casa, casi siempre unifamiliares es de unos 3 millones de dólares comparado con el precio medio de una casa de EEUU que es a nivel nacional de 274.000 dólares.

Las casas tienen de media 17 años de antigüedad y fueron compradas de media poco más de un año antes de su acceso al cargo.

2- Un 44 % de la casa la financian con préstamos y un 32% con ventas de acciones de su compañía.

3- Si la casa la compran después de ser nombrados presidentes, ésta es más grande , 13.1 habitaciones, y casi 4 millones de dólares de valor de mercado. Las casas según fotos aéreas tienen como elementos comunes, piscinas, pistas de tenis, jardines, saunas anexas, casas de invitados o de guardeses.

Pero ahora viene lo interesante:

Resulta que se estudia a continuación de forma detenida la correlación entre el tamaño y precio de la casa y la cotización de las compañías de los presidentes, y se encuentra que por ejemplo en el 2005, los valores de las compañías cuyos presidentes viven en mansiones más suntuosas y muy por encima de la media de los otros presidentes, lo han hecho de media un 3,35 % peor que los de las compañías de los presidentes que viven en casas por debajo de la media.

Y más interesante aún, los casos más extremos, es decir, los presidentes que viven en las mansiones más caras de todos, con un mínimo de 3.000 metros cuadrados de mansión, lo hacen peor sus compañías en 2005 ¡un 7%! que los de las compañías de los presidentes que viven en las casas más modestas del segmento.

Cuando un presidente compra una mansión ( y para ello suele vender sus propias acciones) su acción tiende a hacerlo peor, al ritmo de casi el 1,25% al mes.

Datos muy curioso, realmente curiosos, y que dan totalmente pie a ese título que los autores del estudio han dado: ¿dónde están las mansiones de los accionistas?...