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    TAE

    Actualizado a:
    Juan Ángel Hernández.   Editor de  de Estrategias de Inversión    

    ¿Qué es la TAE?

    Es la tasa anual equivalente. La TAE transforma las condiciones financieras aplicadas a un préstamo a su equivalente anual, incorporando el tipo de interés nominal, las comisiones y el plazo de amortización. Permite, por tanto, conocer cuál sería el coste efectivo o real de la operación si los tipos de interés existentes en el momento de la formalización del crédito no experimentasen ninguna variación a lo largo de la vida de éste. Permite comparar hipotecas con distinto tipo de interés (aunque, si son variables, referenciados al mismo índice), distintas comisiones e igual plazo. En otros casos la comparación estará falseada.

    Según el Banco de España, “la TAE, o tasa anual equivalente, a diferencia del TIN o tipo de interés, que sólo recoge el precio que el banco cobra por prestarnos el dinero, tiene en cuenta los gastos y comisiones asociados al préstamo o crédito”.

    ¿Cómo se calcula la TAE de un préstamo?

    Su cálculo está basado en el tipo de interés compuesto y en la hipótesis de que los intereses obtenidos se vuelven a invertir al mismo tipo de interés.

    La TAE sirve para comparar distintas ofertas de préstamos o créditos, con independencia de sus condiciones particulares.

    A la hora de comparar préstamos, hemos de distinguir:

    • Antes de contratarlo: nos fijaremos en la TAE.
    • Durante la vida del préstamo: para comparar con otras ofertas, sólo debemos tener en cuenta lo que nos queda por pagar, por lo que debemos fijarnos en el Coste Efectivo Remanente (CER), que representa el coste efectivo del tiempo que nos queda para la total amortización o devolución del préstamo, de forma que en su cálculo únicamente se tienen en cuenta los pagos pendientes hasta el vencimiento.

    La diferencia entre el TIN (tipo de interés nominal) y la TAE (tasa anual equivalente), es que el TIN es el precio que la entidad cobra por prestar o que paga por depositar. La TAE incluye además del TIN, los gastos y comisiones asociados a los productos.

    Las entidades de crédito tienen libertad para decidir sus tipos de interés, pero también la obligación de informar a efectos estadísticos al Banco de España, de los tipos de interés que se aplican a diversos tipos de operaciones activas y pasivas.

    Además, en todo momento el cliente debe estar informado tanto de la TAE como del TIN que se le aplica en su préstamo. La TAE, además, también se utiliza en productos de inversión y ahorro como los depósitos bancarios.

    ¿Qué es el interés fijo?

    El interés fijo se refiere a una tasa que se mantiene constante durante toda la duración de un préstamo o inversión. Así, si esta es del 3% significará que cada año ganaremos un 3% sobre el total prestado. Por ejemplo, en un depósito a plazo fijo a 3 años, cada año ganaríamos un 3% sobre la cantidad depositada. En el caso de 10.000 euros, ganaríamos 300 por año de forma bruta.

    En el caso de una hipoteca, quiere decir que los intereses que pagaremos a lo largo de toda la vida del prestamos siempre serán los mismos, aunque cambien las condiciones de mercado. Es decir, pagarás lo mismo por la cuota el primer mes del primer año, que el último mes del año 15 o 20 de la duración de tu hipoteca.

    La principal ventaja del interés fijo es la previsibilidad, ya que permite al prestatario o inversor saber con certeza cuánto pagará o recibirá en cada período, ofreciendo estabilidad financiera y protección contra posibles subidas en las tasas de interés del mercado. Algo que puede ser especialmente positivo si se firma una hipoteca a un tipo fijo bajo, ya que se tendrán condiciones ventajosas durante toda la vigencia del préstamo.

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