Gestión Pasiva

• ¿Qué es la gestión pasiva?
• ¿Qué son los ETFs?
• ¿Qué es un fondo indexado?

¿Qué es la gestión pasiva?

La gestión pasiva o cuantitativa es una estrategia de inversión que busca replicar el rendimiento de un índice específico sin intentar superarlo activamente. Los fondos de índices, también conocidos como fondos indexados, son uno de los vehículos más comunes para implementar esta estrategia. Estos fondos invierten en una cartera de activos que reflejan la composición de un índice subyacente, como el S&P 500 o el IBEX 35. Su objetivo es seguir de cerca el rendimiento del índice, en lugar de intentar seleccionar acciones individualmente para superarlo.

Además de los fondos de índices, dentro de la gestión pasiva también se encuentran los fondos garantizados. Estos fondos buscan proporcionar a los inversores una rentabilidad fija o vinculada a un índice durante un período determinado. Aunque se les denomine "garantizados", su política de inversión difiere de los fondos tradicionales con garantía de capital. En lugar de buscar activamente superar un índice, su enfoque se centra en proteger el capital del inversor y proporcionar una rentabilidad preestablecida.

Ambas opciones, fondos de índices y fondos garantizados, ofrecen a los inversores la oportunidad de acceder a los mercados de renta variable con una limitación teórica de su riesgo. Con los fondos de índices, aunque el riesgo de mercado no se elimina por completo, se evita la incertidumbre asociada con la habilidad del gestor de superar al mercado. Por otro lado, los productos garantizados o indexados reducen el riesgo del mercado a cambio de una menor participación en su rentabilidad potencial.

En resumen, la gestión pasiva proporciona a los inversores una forma eficiente y menos arriesgada de invertir en los mercados financieros, ya sea mediante la replicación de un índice o a través de productos con garantías, permitiéndoles diversificar sus carteras y gestionar el riesgo de manera más efectiva.

¿Qué son los ETFs?

Los Fondos Cotizados (ETFs), conocidos por sus siglas en inglés Exchange Traded Funds, son una opción de inversión ampliamente popular en la actualidad. Los inversores de todo el mundo los prefieren por su rápida diversificación, bajos costos y facilidad de negociación.

Los ETFs se destacan por ser fondos que se comercializan en bolsa, lo que los convierte en una opción atractiva para muchos inversores. Funcionan de manera similar a las acciones ordinarias, pero representan la propiedad de una cartera diversificada de activos subyacentes.

Estos fondos, al igual que los tradicionales fondos mutuos, agrupan acciones con características similares, lo que permite a los inversores adquirir una amplia diversificación con una sola inversión. La estrategia de inversión y los activos subyacentes del fondo se detallan en su prospecto de inversión.

En resumen, los ETFs ofrecen a los inversores la oportunidad de acceder a una variedad de activos con facilidad y eficiencia, proporcionando una alternativa atractiva a la inversión individual en acciones. Su estructura de fondos cotizados en bolsa los convierte en una herramienta versátil y popular en el mundo de las inversiones.

¿Qué es un fondo indexado?

Un fondo indexado es un tipo de fondo de inversión cuya estrategia consiste en replicar el rendimiento de un índice específico del mercado financiero, como el S&P 500, el FTSE 100 o el IBEX 35. Estos fondos invierten en una cartera de activos que imita la composición y ponderación del índice subyacente, con el objetivo de seguir de cerca su evolución.

La idea principal detrás de los fondos indexados es que, en lugar de tratar de superar al mercado, como hacen los gestores activos, simplemente buscan reflejar su comportamiento. Esto significa que los gestores de estos fondos no realizan selecciones de acciones individuales ni toman decisiones de compra o venta basadas en análisis fundamentales o técnicos. En cambio, ajustan la composición de la cartera para que se mantenga alineada con la del índice.