El entorno global para el crédito sigue siendo favorable, por lo que prevemos otro año de rentabilidades positivas. A pesar de los estrechos diferenciales, vemos un considerable potencial de ganancias para los inversores que sepan buscar en los lugares adecuados. Aprovechar estas oportunidades exige una selección basada en el análisis y una disciplina de inversión rigurosa.
A medida que los mercados se adaptan a una nueva era económica, la divergencia entre bloques está dejando de ser una hipótesis para convertirse en realidad. En este contexto, Europa ofrece un contexto de oportunidades para quienes invierten en renta fija.
Estamos convencidos de que, en esta era más cíclica, los inversores en renta fija pueden obtener ingresos atractivos en todo el espectro cualitativo, aunque para ello deberán reconsiderar de forma proactiva algunas presunciones muy extendidas.
En lo que llevamos de 2024, los inversores en renta fija han estado ocupados con el exitosísimo calendario de nuevas emisiones, el cambio de postura del Banco de Japón y el incremento de las tensiones geopolíticas en Oriente Medio; todos estos factores han competido por la atención del mercado. Sin embargo, la inflación —manteniéndose por encima de su objetivo— ha seguido siendo el tema dominante y como consecuencia, se ha intensificado la volatilidad en los rendimientos de los bonos soberanos al rectificar el mercado sus expectativas de que los bancos centrales bajarían los tipos antes de fin de año.