¿ Por qué la teoría de Elliot, junto con los retrocesos de Fibonacci, son tan útiles para predecir el comportamiento de los mercados ? La respuesta es muy sencilla: la teoría de Elliot (al igual que la Dow) no es más que un reflejo del comportamiento de la psicología humana de masas.

Según Elliot, las ondas principales (alcistas o bajistas) se componen de 5 impulsos, 1-3-5 en la dirección del movimiento, y 2-4 en el contrario, que no hacen más que reflejar el comportamiento de los participantes de los mercados organizados. La onda 1 supone una ruptura con la tendencia previa y la provocan por sorpresa las manos fuertes. Es la onda donde acumulan "sin que se note" y sin provcar el pánico de las mans débiles. La onda 2 es un pull-back que tranquiliza a las manos débiles, pensando que la tendencia previa continúa, por lo que deciden aumentar sus posiciones. La onda 3 es la de mayor recorrido, porque es donde las manos fuertes generan el mayor volumen de acumulación, ayudados por el cierre masivo de posiciones de las manos débiles, víctimas (ahora sí) del pánico. En la onda 4 las manos fuertes empiezan a distribuir, y las manos débiles acumulan con ganas, dispuestos a subirse al tren de la nueva tendencia. No son conscientes de que esta nueva tendencia terminará en la onda 5, donde las manos fuertes exclusivamente se dedican a distribuir, y solo las manos débiles compran. Y después, de nuevo se inicia un nuevo ciclo... siempre las manos débiles van "retrasadas" respecto a los que dirigen el mercado, y por eso siempre pierden. Esto ocurre en los mercado organizados desde su creación, y nunca va cambiar.

Por otra parte, los retrocesos de Fibonacci nos ayudan a prever las longitudes de las ondas de Elliot, porque son ratios significativos de las series numéricas cuyas proporciones rigen muchos objetos de nuestro universo, incluyendo las series de precios en los mercados organizados.


En nuestro artículo del 16 de Marzo explicábamos que si el SP superaba definitivamente el 800, quedaría confirmado el inicio de la onda impulsiva B, y que sus objetivos razonables estarían entre los fibos 61,8% y 50% de la onda correctiva A, es decir, entre 1000 y 1120, aproximadamente. El viernes pasado el SP cerró en 979,26.



El 9 de Julio se inició la sub-onda impulsiva c de B, en la que estamos, y cuyo objetivo final será la zona comentada
. Esta sub-onda c se compondrá a su vez de 3 ó 5 sub-ondas. En estos momentos está terminando o a punto de terminar la primera de ellas. Esta semana comenzará la subonda 2 de c de B, en forma de un pull-back que nos lleve a la zona de 930, probablemente durante la primera semana de Agosto. Luego se iniciará una nueva subida, más o menos compleja (en forma de 1 ó 3 sub-ondas) que en Septiembre llegue a los objetivos previstos, entre 1000 y 1120.

Después la cruda realidad (llamémosle economía real... o simplemente teoría de Elliot) reaparecerá con virulencia, con el objetivo de ajustar todos los desajustes producidos, y provocar un pánico y una claudicación que sean los que permitan realmente consolidar un suelo fiable: bienvenidos a la onda C de Elliot.

¿ Cuál será el objetivo de la onda C ? Nadie lo sabe en este momento. La teoría de Elliot dice que su longitud habitual está entre el 61,8% y el 161,8% de la onda A. La onda A tuvo una longitud de 900 puntos, con lo cual la onda C podría tener entre 556 y 1456 puntos. Supongamos que la onda C comienza en el 1100. Las anteriores longitudes darían unos objetivos entre 450 y -356 puntos. Lógicamente esto es una aberración, y es que es necesaria una normalización, pues nuestra serie (el SP) ha tenido un máximo histórico en 1576. Aplicando esta normalización, lo lógico es que la onda C termine en algún punto entre 800 y 550 a principios del 2010.

Después es probable que entremos en un ciclo largo lateral-alcista, pues, a pesar de la corrección que está suponiendo esta crisis, los mercados continuan dentro de un macro-ciclo alcista.

Desgraciadamente, éste es el escenario previsto para los próximos meses: no es una visión catastrofista; es simplemente un reflejo del comportamiento de la psicología de las masas humanas ante las grandes crisis, algo que está ya muy estudiado y que se ha repetido a lo largo de la historia una y otra vez. Distinto asunto es que ahora nadie quiera ser consciente  de ello.