Los planes de desconfinamiento en EEUU anima a los índices de Wall Street después de que cierto pesimismo volviera a los mercados tras el fracaso de algunos tratamientos contra el coronavirus. ¿En qué situación se encuentran los principales índices? 
Carlos Gil.  El S&P 500 desde el día 17 ha entrado en lateral y esto se ha reflejado en el resto de mercados. En este momento intenta romper los 2.900 puntos y sería importante que consiguiera hacerlo porque se podría ir a los 3.000 puntos, donde está la media de 200 sesiones. En caso de no poder, volvería a continuar con el lateral e iría a los 2.700 puntos aproximadamente. El DAX, que es el que marca la pauta en Europa, el lateral es mucho más claro que en el índice americano y tiene el límite en los 10.800. El sector de la automoción del que depende el índice debería romper niveles al alza para ver subidas en el DAX. El Eurostoxx 50 debería hacer lo mismo y romper al alza. Este índice tiene en los 2.922-2.900 puntos que, mientras no se rompa al alza, no irá a ningún sitio. El soporte estaría en 2.745 puntos.  En el caso del Ibex 35, el índice está peor que el resto de mercados. Tiene una estructura con velas dudosas, el mercado español está condicionado por los bancos, Iberdrola e Inditex, y si esto no  va al alza no conseguirá nada. 

Profundizando en el Ibex 35, gran parte de las compañías presenta resultados. ¿Qué podemos esperar del selectivo?
Mónica Triana. Los resultados se espera que sean malos de forma generalizada. La clave es si serán peores o mejores de lo esperado. Esto es lo que realmente condicionará la reacción de los valores. De hecho, la evolución del índice dependerá fundamentalmente de la evolución del sector bancario, que pondera un 16%, lo que ocurra con Iberdrola, que pondera un 13,5%, y lo que aporten los resultados de Inditex  , que es la compañía con mayor capitalización del Ibex 35 con un 17% de la ponderación. 

El sector bancario, aunque ha habido resultados de algunos  bancos, en estos momentos debemos centrar la atención en las cifras de BBVA  el día 30 y que puede darnos una referencia respecto a lo que puede ocurrir en el sector bancario. En cuanto a Iberdrola, realmente los resultados están condicionados por la demanda de electricidad en gran medida. Tal y como se aprecia en el gráfico, en las últimas semanas ha bajado mucho la demanda de energía eléctrica por el parón a nivel industrial. 

Siguiendo con los resultados empresariales ahora que cogen ritmo a uno y otro lado del Atlántico, ¿dónde ven las oportunidades?
Carlos Gil. La atención la cogen fundamentalmente dos sectores. Uno es el tecnológico y otro es el de cuidados de la salud y  biotecnología. El sector tecnológico está dominado por cinco empresas: Microsoft, Alphabet, Amazon, Facebook y Apple, que tienen una ponderación aproximada del 20% en el S&P 500 y son las que se han visto reforzadas por la crisis del coronavirus tirando de los índices al alza. También habría que tener en cuenta a Netflix, que logró alcanzar 15 millones de usuarios nuevos hace 15-20 días pero lo que sucederá cuando se reabra el confinamiento todavía no se sabe. Hay que ser selectivos y no dejarnos llevar. Hay muchas dudas y mucho desconcierto porque todavía hay mucho dinero en fondos monetarios. Y  en cuanto al sector de cuidados de la salud, aunque tira con fuerza, es arriesgado por la volatilidad. Un ejemplo en el mercado continuo es Phamarmar, ha tenido movimientos muy bruscos que dejan ver las dudas que hay sobre el valor.
 

Tras el desplome de la semana pasada los precios del petróleo vuelven a caer y lo hacen en mayor medida los del West Texas. ¿Qué sucede con esta materia prima?
Mónica Triana. Lo que ocurre con el petróleo se puede ver en el gráfico, en el que se aprecia que ha llegado a tener un entorno de volatilidad elevadísimo que se va normalizando aunque todavía está lejos de llegar a entornos de tranquilidad. Cuando venció el día 20 el contrato de mayo, el precio llegó a niveles negativos y la volatilidad del petróleo llegó a niveles históricos.  Ahora mismo el índice de volatilidad del petróleo está más estable, ha comenzado a subir desde mínimos, pero no nos podemos fiar porque sube desde niveles muy bajos. Además, tiene un problema adicional y es que todos los vencimientos desde ahora hasta noviembre están cotizando a un precio más elevado con lo que a la hora de invertir en el petróleo sería bastante complicado.

El oro también registra descensos. ¿Mantendrá el nivel de los 1.700 dólares por onza?
Mónica Triana.  El oro se ha comportado de forma extraña últimamente porque entre el 13 y el 16 de marzo hubo un descenso muy fuerte en los precios del petróleo, se llegaron a alcanzar los 1.474 dólares por onza y eso ocurrió cuando grandes fondos necesitaban liquidez para poder aportarla a sus clientes. Eso disparó su índice de volatilidad en la dirección contraria al precio. En los últimos días, la cotización se mueve entre 1.666 y 1.768 dólares. Y hasta que no salga del lateral no se puede estar seguros de que vuelva a continuar un camino alcista. Es dífícil que pierda los 1.700 dólares pero en un entorno en el que todavía hay mucha preocupación y la crisis no está controlada no se puede descartar que eso ocurra.