¿Qué nos dicen los últimos datos macroeconómicos?

Los datos macroeconómicos globales de las últimas semanas, sobre todo los más recientes, están mostrando o reafirmando el mundo a dos o tres velocidades que ya se veía en los últimos meses
. Básicamente, los últimos datos de PIB de la zona euro han subrayado que seguimos en recesión, que la zona euro sigue siendo el elemento rezagado de la economía global y el contraste más reciente han sido los datos de PIB de Japón con un crecimiento anualizado en el primer trimestre del 3,5% que plantean o sugieren la eficacia de las medidas expansivas que se están aplicando en esa economía.

En conjunto, creemos que las perspectivas globales siguen siendo de estabilización/recuperación de las economías. En el caso de la zona euro, a pesar de las sorpresas negativas de las últimas semanas, sigue vigente y sigue siendo razonable una expectativa de que el perfil del año irá de menos a más y que en la segunda mitad del año se podrá empezar a crecer.

En algunos países, como en España, quizá habrá que esperar a 2014, pero en el conjunto de la zona sí. En Estados Unidos la expectativa que seguimos manteniendo es de una economía creciendo entre el 1,5% y 2%; el segundo trimestre del año y los datos apuntan a esa dirección, marcará una cierta desaceleración hacia la zona del 1,5% o algo más, pero es una desaceleración transitoria en conjunto, teniendo en cuenta las buenas señales que dan algunas zonas de la economía, como el sector residencial combinadas con el viento en contra del desapalancamiento público del ajuste fiscal, llevan a un ritmo de crecimiento en el entorno del 1,5% para Estados Unidos.

Y finalmente Japón, que es la estrella emergente dentro del mundo desarrollado, puede crecer este año a tasas cercanas al 2% después de este fuerte comienzo que acaba de tener. En conjunto, económicamente los riesgos globales no parecen muy grandes, tampoco son las perspectivas globales para este año de una aceleración importante, pero los riesgos a la baja se ven claramente controlados, con una cierta protección. Si combinamos eso, esos pocos riesgos a la baja con la altísima protección que están proporcionando los bancos centrales a los mercados, la conclusión es que sigue siendo un momento bueno para mantener una cierta sobreponderación de activos de riesgos en las carteras; hablamos sobre todo de renta variable o renta fija corporativa.


¿Cree que las subidas de la renta variable son consecuencia de las inyecciones de liquidez?
Nuestra posición respecto a la eficacia de los estímulos monetarios no convencionales que se están aplicando ahora en varios países viene siendo relativamente escéptica desde el punto de vista de su eficacia económica.

Básicamente lo que pensamos es que los estímulos monetarios, la expansión cuantitativa de la base monetaria, no acaba traduciéndose en la mayoría de países en crisis en un aumento del crédito y, por tanto, su repercusión económica es limitada, y limitada, sobre todo, a los impactos en mercado y la relación que pueda haber entre esos impactos en mercado y la economía por efectos riqueza, por ejemplo, pero es un impacto pequeño.

En el caso de Japón el impacto está siendo algo mayor hasta ahora, por lo que hemos visto en el primer trimestre, pero es en gran media un impacto derivado del efecto sobre el tipo de cambio de esa política monetaria, y en la medida en que se limite a eso será un efecto transitorio. Lo que sucede en Japón, y por eso somos más positivos con esa economía, es que esa política ultraexpansiva está siendo acompañada también de políticas fiscales expansivas y eso le da más solidez y mayor capacidad de ofrecer resultados a medio plazo.


¿Han sido efectivas las intervenciones de los bancos centrales?
Parte de la mejora de la confianza en la periferia europea o de esa apuesta que seguimos haciendo por la senda de la reducción de primas soberanas en Europa, pues se asocia y se refleja en la evolución de las subastas recientes de deuda pública. En España, por ejemplo, esa emisión de deuda sindicada en la nueva referencia a diez años contó con una demanda unas tres veces superior a lo que se acabó adjudicando; eso apoya el movimiento de reducción de primas soberanas y son una expresión del interés inversor en estos mercados nuestros, que no sólo es interés nacional sino en buena medida interés extranjero. Hay una participación en las últimas semanas creciente importante de los inversores extranjeros que refleja esa apuesta por la periferia en un contexto en el que las posibilidades de obtener rentabilidades atractivas se ha reducido mucho con la evolución de los mercados de los últimos meses. Así que esa evolución de las subastas refleja y favorece ese movimiento. Lo favorece, en el caso de España, en la medida que ya es el 54% de las necesidades de emisión de Deuda el que está cubierto (de las necesidades para este año) y eso también es un elemento de tranquilidad para el inversor extranjero.


¿Qué impacto tiene en sus índices?
Por regiones, si hablamos de renta variable y a pesar de lo que ya han subido sus índices, Japón sigue resultando un mercado atractivo, sobre todo, si eliminamos el efecto divisa, pero incluso con el efecto divisa sigue siendo un mercado atractivo a pesar de lo subido, insisto, porque combina el mejor de los dos mundos ahora mismo y es unas expectativas de crecimiento sólidas sobre la base de las políticas expansivas fiscales y monetarias y esa protección del riesgo que proporciona, sobre todo, la política monetaria ultraexpansiva.

Y dentro de Europa, el Dax, los índices alemanes, siguen siendo relativamente atractivos por ser los menos expuestos al riesgo fiscal y los más expuestos a la recuperación económica global. En renta fija, sin embargo, yo diría que el peso regionalmente de las zonas más atractivas ahora mismo sigue siendo la periferia europea porque todavía sigue en vigor la senda de reducción de primas de riesgo, en marcha ya desde el verano del año pasado; esa senda creemos que va a continuar y el acuerdo que está prácticamente ya cerrado, europeo, para permitir que algunos países como España puedan prorrogar en dos años su objetivo de un déficit público por debajo del 3%; eso yo creo que contribuye de fondo a esa tendencia de reducción de primas, aunque sólo sea porque reduce los riesgos económicos de esas economías periféricas.

De cara al corto plazo, a los próximos días la clave puede estar en los indicadores económicos más relevantes que van a ser los PMIs preliminares de mayo que conozcamos la semana que viene. En el caso de la zona euro esperamos que, como mínimo, se detenga esa tendencia a la baja de los dos o tres últimos meses y, de ser así, se reforzaría nuestra expectativa de una gradual, lenta pero sostenida recuperación de la economía europea, o digamos que una reducción de las tasas negativas progresiva de crecimiento en la economía europea.


¿Y las emisiones de deuda corporativa?
Dentro de esta mejora, de esta tendencia de mejora en el sentimiento respecto a la renta fija periférica, tiene un papel fundamental la renta fija privada que en enero mostró la mejor confianza del mercado, se reflejó en un aumento importante de las emisiones corporativas, eso luego se frenó en un contexto de dudas en Europa que se asociaban a varias cuestiones como la política italiana, el rescate de Chipre, los propios problemas políticos en España... pero recientemente hemos podido observar un nuevo impulso, un nuevo auge de las emisiones corporativas que reflejan ese mejor sentimiento del mercado y que es probable que continúen e incluso se acentúen en los próximos meses.