Le daban por muerta, pero no. Steve Ballmer abandonó la gigante de Redmond con más dudas por parte de los inversores que alabanzas recibidas. Era el momento de realizar un cambio efectivo que tuviera su sustento en el mercado. Una revolución de la cabeza a los pies capaz de transformar al máximo un negocio que portaba un interrogante sobre sus cada vez más encorvados hombros.


Llegó entonces
Satya Nadella, por aquel entonces el máximo responsable del área de la nube de la firma fundada por Bill Gates, y empezó a realizar cambios sustancias. De entre muchos, destacó el recorte de costes, que llevó a que miles de trabajadores se quedaran sin empleo, y la apuesta por nuevos productos.

Extrapolándolo a la cotización de sus acciones en Wall Street ese aire fresco se tradujo en la subida de más de un 30%. Éxito que evidentemente llegó con la algarabía de muchos expertos, que empezaron a recomendar en masa entrar en el valor por las opciones de rentabilidad a largo plazo que podía ofrecer.

Cotización de Microsoft


Con el paso del tiempo ha seguido escalando hasta llegar al punto en el que nos encontramos a día de hoy, muy cerca de alcanzar el precio objetivo del consenso. Por tanto, ahora se abre un nuevo debate y es si Microsoft tiene fundamentales suficientes para seguir rompiendo al alza en el parqué neoyorkino o si empezará a dejar de oler las mieles de la gloria.

Si nos atenemos a las recomendaciones de los analistas, podríamos discernir que a Microsoft no le queda demasiado hueco al alza. Habría topado prácticamente con su precio objetivo, ubicado en los poco más de 49 dólares. Además, el 47% ya opta por mantener títulos en cartera y el 6% por infraponderar. Prevalece un sentimiento de cierta cautela.

En este sentido, en cuanto a su aspecto Darío Redes, analista de Mercado no Lineal, señala que en el marco temporal diario “el momento se encuentra también en positivo y la aceleración ya nos está marcado negativo”. Desde el punto de vista del analista eso significa que “probablemente comience una pequeña corrección dado que la tendencia alcista ha comenzado desde el 15 de octubre” y por lo tanto “es probable que caiga”.

Una vez que conocemos que el análisis técnico no le da el visto bueno en el corto plazo y que los brókers tienen cierta cautela la cuestión es… ¿Qué nos invitaría a pensar que Microsoft puede aún caminar al alza? ¿Tiene aspectos fundamentales destacables en los que nos podemos sostener?

Efectivamente, aquí tiene sus mejores balas la compañía que preside Nadella. En cuanto a facturación se espera por parte del consenso de mercado que a final de este año se llegue a 98.234 millones de dólares, frente a los 86.833 millones de dólares de 2013, y 104.046 millones de dólares para 2015.

Y eso no es todo. Si nos centramos en el beneficio por acción que estima la media de los expertos, se pasaría de los 2,63 dólares del pasado ejercicio, a los 2, 69 dólares (cifra, eso sí, que se ha revisado a la baja). Pero esto sería mucho más alentador viendo los 3,15 dólares por título que se prevén que gane la empresa del sector tecnológico a finales del año que viene.

Por otra parte, Microsoft está teniendo una política de compensación para sus inversores que podría ser más que atractiva. Hay expertos que incluso esperan que la rentabilidad por dividendo crezca una media de un 10% cada año para alcanzar los 2,76 dólares por acción en 2024. Aunque la fecha aún está muy lejos.

En última instancia, la política de la compañía sigue siendo la de expandirse a otras áreas dentro de la tecnología. Muestra de ello es el lanzamiento de Microsoft Band para entrar en el mundo de los Smart Watch o su insistencia dentro del área de la telefonía móvil. Hay presente y futuro, pero… ¿El mercado finalmente lo respaldará?