En un reciente ranking salimos entre los peores países del mundo. Un vergonzoso puesto 33 de 38 países. No somos el farolillo rojo porque hay algún cafre más. Pero algunos de estos países de la cola ya están aplicando cambios normativos que les van a hacer salirse de esos puestos. Y España no está haciendo nada por mejorar. Es más, parece que queremos luchar para ser los peores.

Como hemos dicho en otros artículos, no se trata aquí de un anarcocapitalismo y que nadie pague impuestos. Solo pedimos que los impuestos sean eficientes y competitivos. Con eso, la mayor parte de los ciudadanos nos damos con un canto en los dientes.

Si analizamos la tabla adjunta en este artículo, podemos ver el desglose de distintos tipos de impuestos.

En los impuestos personales no somos los peores. Ojo, el tipo marginal máximo supera el 54% en España. Esto significa que, desde ciertos umbrales, el estado se queda más de la mitad de lo que ganas por cada euro extra. No es muy motivador que digamos.

En el entorno empresarial, el impuesto parece diseñado por el enemigo. Si alguien quisiera destruir el tejido productivo de España y complicar la vida a las empresas, no haría algo tan diferente de lo que hay. Si queremos captar inversión extranjera y fomentar la nacional, el cambio debe ser radical. Y no es una frase que me parezca adecuada por la rima.

En el impuesto a la propiedad sí somos colíderes (colistas). Es un disparate supino. Hablamos de impuestos que no tiene prácticamente nadie en todo el mundo. Impuestos a los muertos, a la caña de pescar (no solo al pescado recogido). Y si troceas la caña, es más difícil pescar. Si te cargas la fuente de generación de la riqueza, a quien acaba perjudicando más es al menos favorecido. Y no hablemos del problema inmobiliario…

En el consumo no salimos tan mal parados. Es decir, si queremos igualar la presión fiscal como dice el gobierno, lo más sencillo es subir el IVA. Propón eso en el Congreso y me río de la que le montan. Y cuidado, que salgamos bien no quiere decir que sea una confiscación en toda regla. ¿Por qué tengo que pagar con mi dinero (que ya ha tributado por IRPF) un intercambio con otra persona? Y no hablamos de cantidades pequeñas, es una quinta parte en muchos bienes y servicios.

En España no se recauda bien (de los tipos más altos del mundo y de los ingresos por tributación más bajos), pero sí se penaliza el éxito, el trabajo cualificado, el esfuerzo, la inversión y casi cualquier cosa que hagamos para mejorar la situación personal y de nuestro entorno social.

Podemos aprender de ciertas cosas que hacen los países que están en el top de la lista. Pocas estrategias son tan buenas como imitar al que lo hace bien.

Por ejemplo. Estonia no grava los beneficios reinvertidos. Imagina que las plusvalías de tus inversiones no se gravasen si reinviertes otra vez. O las empresas… menudo estímulo a la contratación, a las inversiones productivas en nuestro país. Otro ejemplo de mejora, que el diseño sea claro y estable. Que se pueda planificar a largo plazo, estabilidad jurídica e institucional. Con la burocracia esto se pone peor incluso. En España, según el Banco Mundial, se necesitan más de 140 horas anuales para cumplir las obligaciones fiscales básicas (más de 3 semanas sin poder dedicarte a producir para pagar a Hacienda). Otro caso obvio: que no se penalice el ahorro.

Y esto son solo algunos ejemplos que se me ocurren. Si analizamos más en profundidad el sistema impositivo de los de arriba de la tabla, podremos copiar lo mejor. Un sistema como el español no solo desincentiva la actividad económica, sino que puede llegar a causar menor crecimiento, economía sumergida, menos empleo y menor recaudación.

Hay que simplificar, racionalizar, premiar la eficiencia, suprimir duplicidades. Hay que repensar las competencias del estado. Y esto no es cosa de los empresarios. Cuando compras un coche, una casa, o el pollo, esto te afecta. Cuando heredas un piso o te suben la retención. Cuando tiras la basura o vendes unas acciones.

Si penalizamos el mérito y la creación de riqueza, más pronto que tarde, todos nos empobrecemos.

Impuestos

Total

Personal

Empresa

a la propiedad

al consumo

Import y export

Puntuación general

Estonia

1

2

2

1

18

9

100

Letonia

2

3

1

21

21

7

92,2

N. Zelanda

3

6

30

8

2

17

84,2

Suiza

4

8

10

36

3

1

83,6

Lituania

5

10

3

7

27

16

79,5

Luxemburgo

6

23

22

14

6

5

78,8

Hungría

7

5

4

23

36

3

77,5

Chequia

8

4

8

6

32

11

77,3

Eslovaquia

9

24

15

2

28

26

76,5

Israel

10

29

11

10

10

10

76,4

Turquía

11

7

21

22

16

6

74,8

Suecia

12

18

6

9

23

12

73,2

Australia

13

15

32

4

9

33

70,5

Países Bajos

14

30

23

21

17

4

68,3

Austria

15

25

19

16

14

15

67,9

Alemania

16

35

31

12

13

8

66,8

Canadá

17

31

26

25

8

19

66,7

EE.UU.

18

17

20

28

4

35

66,5

Noruega

19

28

13

15

25

14

66,2

Finlandia

20

27

17

19

24

22

65,2

Costa Rica

21

32

35

11

7

20

65

Eslovenia

22

12

9

24

30

20

64,9

México

23

19

27

3

12

36

64,9

C. del Sur

24

38

32

5

32

11

63

Japón

25

34

34

26

5

29

61,1

Bélgica

26

13

18

29

22

21

60,9

Grecia

27

9

17

27

34

21

60,9

Dinamarca

28

36

14

17

19

32

60,2

Chile

29

24

36

13

11

38

58,4

Reino Unido

30

21

28

34

33

2

58,1

Polonia

31

11

12

30

35

23

57,5

Irlanda

32

37

5

18

30

23

57,4

España

33

22

29

37

18

18

56,3

Islandia

34

20

16

33

29

27

55,9

Portugal

35

26

37

31

22

31

53,7

Francia

36

33

33

31

31

13

50,2

Italia

37

16

24

38

38

25

47,2

Colombia

38

14

38

35

15

37

45,7