Empresas zombie: crecimiento de las empresas zombie por el coronavirus

La consultora Group 30 alerta de que una nueva oleada de compañías ‘walking dead’, asoladas por la falta de liquidez e incapaces de cumplir con sus vencimientos de deuda a largo plazo, minan las expectativas empresariales y de consumo.

Las firmas zombies proliferan por doquier. Otro daño colateral de la mayor recesión en tiempos de paz y una incertidumbre añadida al interrogante sanitario que mantiene en vilo el momento y el vigor de una recuperación económica que se resiste a tomar vuelo. Estas compañías, que se mantienen activas, pero sobre las que pende una losa de endeudamiento e impagos y déficits de liquidez y solvencia, han llegado para quedarse. Al menos, durante algún tiempo. Más bien, prolongado, a juzgar por sus alarmantes cuentas de resultados. Group of 30, firma de servicios de consultoría sobre asuntos económicos y monetarios internacionales, acaba de plasmar estos temores del mercado: “Los riesgos sobre la sobrecarga de endeudamiento del sector privada ha creado, por efecto del Covid-19, una oleada de firmas zombies que ponen en jaque la previsión de recuperación paulatina de la actividad global a lo largo de este ejercicio”.

A menos, dicen sus expertos, que los gobiernos intervengan para inyectar solvencia a esta crisis corporativa. Porque con “mientras los tipos de interés en tasas negativas y las ayudas a empresas en dificultades se asientan, estas compañías walking dead siguen en aumento”. El diagnóstico de Group 30 ha sido corroborado por el ex presidente del BCE, Mario Draghi, para quien la liquidez suministrada por los gobiernos “están enmascarando una realidad subliminal que es sumamente preocupante”, la de “las empresas incapaces de pagar sus deudas a largo plazo”. Técnicamente, responden a las sociedades que no pueden cubrir los costes de sus servicios de endeudamiento a partir de sus beneficios presentes, lo que les obliga a iniciar negociaciones con sus acreedores.

El término fue acuñado tras el colapso de la burbuja de activos en Japón en 2001, cuando los bancos de la tercera economía mundial se declararon insolventes para evitar incurrir en mayores pérdidas en sus balances y negar concesiones crediticias a las firmas en dificultades.   

La Gran Pandemia ha llevado a este escenario a firmas hoteleras, aerolíneas y, en general, a una serie cada vez más larga de compañías del sector servicios, susceptibles de llegar a convertirse en zombies a corto plazo, asegura Raghuram Rajan, catedrático de la Chicago Booth School of Business y miembro de Group 30. Debido a que las insolvencias se han situado en el borde del abismo. “Muchas de ellas acabarán sobre-endeudadas a menos que aborden reestructuraciones de capitales y pongan en orden sus finanzas”, precisa Rajan en un webinar con Draghi.

“El asunto es espinoso y bastante peor que no que parece a simple vista y, además, genera confusión, por cuanto se inserta dentro de un proceso de ayuda financiera y crediticia a empresas y, además, por la incertidumbre sobre la salida de la recesión”, asegura el informe de esta firma. En el que también se deja constancia de que las suspensiones de pagos proliferarán en una multitud de sectores y jurisdicciones; sobre todo, cuando los programas de estímulo toquen a su fin, dentro de un escenario de pérdida de valor neto de los activos”.

De hecho, sus expertos alertan de que las que superen, a duras penas, el horizonte próximo, “no quedarán exentos de preocupación, porque las tensiones contables y financieras pueden aparecer dentro de varios ejercicios”. Rajan deja una advertencia adicional: “No hemos salido de la Gran pandemia y podríamos estar ya en plena preparación de la próxima crisis”. Y una recomendación, que los gobiernos atiendan estos riesgos latentes. 

En este sentido, en Gorup 30 insisten en nuevas movilizaciones de recursos públicos que sean desplegados por firmas específicas, con prioridad hacia los sectores más castigados. Es decir, un listado de vencedores y perdedores de la Gran Pandemia, y cancelar ayudas a aquellas que sean insolventes para sobrevivir al ciclo económico post-Covid. “No todas las empresas deberían de recibir el apoyo estatal”, porque los fondos de ayuda “no se deberían malgastar en compañías condenadas a su disolución, ni a las que no precisen esas inyecciones de apoyo”.

El Banco Internacional de Pagos (BIS, según sus siglas en inglés) también ha revelado su extrema preocupación por las firmas zombis. En línea con la radiografía de la consultora sobre el sector bancario global: “Los bancos y los inversores privados disponen de una mayor y más substancial experiencia en la evaluación de la viabilidad y a una menor presión política para acometer este tipo de decisiones”, en alusión a sus procesos de recapitalización tras la crisis de 2008 y sus altos niveles de resistencia en los stress-test de los últimos años. Janet Yellen, ex presidente de la Fed y la secretaria del Tesoro de la Administración Biden forma parte del panel de expertos de Group 30. Un fenómeno que se concentra especialmente en las potencias industrializadas, aunque en mercados emergentes como el chino también se ha prodigado durante la epidemia del Covid.