La calidad de vida europea pasa por ciudades digitales, con neutralidad energética y alta conectividad

¿Cuánto de los 15 billones de dólares que calcula el FMI que se perdió de riqueza mundial en la Gran Pandemia podría haberse salvado si se hubiera dispuesto de servicios sanitarios físicos y psicológicos conectados online? La respuesta no tiene una cifra específica, pero habla a las claras de las ventajas que hubiera supuesto una estructura de conectividad capaz de comunicar caos de contagios y de poner en conexión tratamientos e instrumental hospitalario, según el WEF, la fundación que convoca cada año las cumbres de Davos en la localidad alpina suiza. Sus expertos, además, mencionan la conveniencia de que esta misma longitud de onda expansiva del espectro digital, cuya base tecnológica es el 5G o su versión más avanzada, ya en fase de investigación en algunas latitudes del planeta, el 6G, se amplíe no solo a Smart Cities, sino a ciudades medianas y pequeñas e, incluso, a villas y pueblos del ámbito más rural. 

La conectividad no es un lujo, ni un impedimento para enchufar comunidades online, explican. Antes de describir, tres botones de muestra. El Salvador ha ordenado a su operadora pública que ofrezca cobertura de conexión a Internet a todas las escuelas en 2030 y que extienda su servicio a clínicas médicas, hospitales y comisarías de policía, además de crear una vasta red de entes y de fundaciones para digitalizar su economía. De manera similar, alrededor de 150 pueblos de la Argentina profunda han solicitado su acceso a los 450 MHz del espectro que Enacom, regulador del sector de telecomunicaciones, ha lanzado para dar cobertura a las áreas rurales del país en el marco de una iniciativa oficial para reducir la brecha socio-económica generada por el boom digital y que se ha agrandado aún más durante la crisis sanitaria. La intención es impulsar planes con soluciones agrícolas inteligentes que sean capaces de espolear el desarrollo económico del espacio rural. En Nepal, se han empleado inversiones para agilizar y mejorar redes de conexión, a través de más de 1.500 kilómetros de fibra óptica, que han dado una velocidad sideral a la pobre conectividad del país más elevado del planeta y que ya atestigua avances en los servicios de asistencia sanitaria y educativa.  

Son sólo tres ejemplos del efecto balsámico que la digitalización puede crear como estandarte y fórmula de canalización de calidad de vida en todos los ámbitos, el urbanita y el rural, así como de las repercusiones multiplicadores de la conectividad en materia de movilidad y sostenibilidad. Con acuerdos público-privados por bandera, defiende el WEF.    

En este contexto nació en Davos la Alianza Edison de repercusión global y que trata de acelerar la digitalización inclusiva en sectores estratégicos de las economías. Con los gobiernos marcando las prioridades, y las compañías consumando los pasos y sellando objetivos. Pero con otro valor añadido: las ciudades asumen las acciones para combatir el cambio climático e instaurar planes de innovación. Es decir, se convierten en laboratorios tecnológicos y en espacios de resiliencia contra la catástrofe del clima. Un protagonismo esencial, dado que a final de siglo albergarán el 85% de la población del planeta. A la que se suman ya no pocas empresas privadas que han dado máxima credibilidad a sus estrategias tecnológicas y medioambientales. Con la vista puesta, en mucho de sus planes corporativos, adelantar a 2040 el instante en el que certifiquen emisiones netas cero. O que han activado proyectos de economía circular y socialmente inclusivos, como desvela General Motors. O la cementera suiza Holcim, que dice perseguir “ciudades ideales” que se abastezca energéticamente con fuentes renovables, capaces de conectar infraestructuras de movilidad verde, construir edificios inteligentes y sostenibles y propiciar cadenas de valor locales y empresas con innovación tecnológica. 

En McKinsey recuerdan que, según sus investigaciones, cerca del 80% de las emisiones de CO2 actuales pueden ser suprimidas con la adecuada tecnología y que estos medios están ya en uso. Un objetivo loable para el que se requiere la aportación de todos los agentes políticos, sociales y económicos. En la constructora Drees & Sommer reconocen la responsabilidad de su industria. En Europa, “nuestra industria supera el 50% del gasto energético y emite el 38% del CO2 por lo que la promoción de la sostenibilidad y la creación de soluciones circulares, así como la apuesta por materiales técnicamente biológicos son una urgencia”, dice Steffen Szeidel, su CEO.    

La Comisión Europea acaba de seleccionar cien ciudades con iniciativas inteligentes que tendrán 360 millones de euros de fondos procedentes de las partidas Horizon Europe a cambio de asumir el desafío de alcanzar la neutralidad energética en 2030, por lo que pasarán a denominarse por ello Ciudades Misión. Los desembolsos cubrirán bienios. En este caso, el 2022-23. Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia, Valladolid, Vitoria-Gasteiz y Zaragoza son las siete seleccionadas por España. “Las ciudades son la punta de lanza de la lucha contra la crisis climática si crean espacios verdes urbanos, combaten la polución, reducen el consumo energético, imponen estándares de construcción ecológicos, promueven la movilidad y se convierten en hubs empresariales bajo el sello de la descarbonización y la digitalización”, justificó el vicepresidente del Ejecutivo europeo, Frans Timmermans. En su opinión, deben convertirse en la vanguardia tecnológica de la calidad residencia de sus habitantes y de un sector privado verde y de futuro. 

Bruselas también ha dedicado esfuerzos presupuestarios a la causa de las Smart Cities tanto en su presupuesto para el septenio 2021-27 como en sus recursos Next Generation EU. En concreto, 1,074 billones de euros del programa económico comunitario y otros 750.000 millones más del fondo de recuperación de la pandemia. Para financiar proyectos asentados sobre cuatro pilares fundamentales: transición verde, dentro del EU Green Deal; transformación digital para ahondar en el mercado interior de alta tecnología; recuperación inclusiva de la crisis sanitaria y soluciones de movilidad de futuro. Un asunto, este último que, como aclara Joost Vantomme, CEO de Ertico ITS Europe, “requiere la conexión por terminales de innovación tecnológica de vehículos, gente, bienes, productos, servicios e infraestructuras”. A su juicio, la gestión de datos, el reciclaje de la información en nubes, la IA y las redes de conexión y canalización con resistencia a ciberataques son elementos esenciales para proyectar plataformas desde las que administrar con eficacia las regulaciones de tráfico, carreteras seguras y con conectividad en tiempo real, la logística y, por supuesto, los transportes públicos sostenibles y limpios medioambientalmente.  

El salto municipal hacia la vida inteligente en España

En España se cuanta con un Plan Nacional de Ciudades Inteligentes dotado por más de 180 millones de euros. Actualmente hay 89 ciudades miembros de la Red Española de Ciudades Inteligentes. Con diez capitales incorporadas al Cities in Motion Index elaborado por el IESE Business School, donde se presentan a las mejores smart cities mundiales. Entre las que se desmarca Barcelona, referente global, desde que, en 2015, el instituto Juniper Research la designara como la mejor ciudad inteligente del planeta. 

La Ciudad Condal destaca por su movilidad urbana. Cuenta con numerosos carriles de bicis y con una red de rutas diagonales, horizontales y verticales que hacen que el transporte público sea más frecuente y rápido además de transportes públicos híbridos y eléctricos entre su flota y de una cada vez más amplía red pública de electrolineras o de sensores para controlar el ruido, la contaminación atmosférica, la temperatura, la humedad o el estacionamiento de vehículos. Y, por supuesto, tiene en marcha varios proyectos como el Plan de Movilidad Urbana para 2024 donde se avanza en el control de vehículos y en las recargas eléctricas. Su aplicación Meep es uno de los espejos de movilidad urbana sostenible en todo el mundo. 

Madrid destaca por su protocolo anticontaminación y por la movilidad sostenible de la ciudad. Dispone de varias líneas de autobuses recorridas por vehículos 100% eléctricos. También por su zona de baja emisiones, Madrid Distrito Centro, con controles exhaustivos de las emisiones y de la circulación de los vehículos de la zona. Y de una plataforma de atención ciudadana desde la que cualquier ciudadano mediante su dispositivo móvil puede notificar incidencias dentro de otra general premiada por la ONU por su demostrado nivel de participación ciudadana.

Valencia ofrece sistemas de información para facilitar la movilidad potenciados por su app Meep y una red de transporte altamente efectiva, así como alumbrado inteligente, modelo de gestión de ruido, sensores medioambientales y vehículos de limpieza sensorizados que facilitan una red de tratamiento de residuos de alta calidad. 

Sevilla ha dado saltos firmes en los últimos años en implementación de medidas que potencien la sostenibilidad y el desarrollo tecnológico. Ya en 2019 fue pionera en Europa en controles de la densidad poblacional en eventos multitudinarios con cámaras de ultra definición, medidas de inteligencia artificial, GPS y luces graduables. Pero la capital hispalense destaca por su movilidad urbana sostenible, al disponer de restricciones por contaminación y avances en sus rutas de transporte combinables con Meep.

La ciudad de Málaga es referente por integrar las energías renovables en su red eléctrica, lo que se traduce en mayor sostenibilidad y eficiencia energética, dos pilares de las smart cities. Pero también por sus contadores digitales y su iluminación LED del alumbrado público. En los últimos años ha logrado un ahorro de energía del 25% y reducir un 20% las emisiones de CO2. Meep te hará la vida más sencilla en Málaga. Podrás consultar qué ruta es más eficiente y qué tipo de transporte está disponible más cerca de tu localización.

Todas ellas se suelen codear con las pioneras en inteligencia urbana en los rankings mundiales. Lo mismo que Palma de Mallorca, Zaragoza, A Coruña, Murcia y Bilbao, incluidos en el Cities in Motion Index del IESE suelen avanzar puestos en su trayectoria hacia la movilidad sostenible.

La cooperación público-privada salta a escena

De igual manera que las empresas se acogen cada vez con más intensidad y convicción a planes como Greencities y S-Moving 2022, diseñados para potenciar el emprendimiento, la innovación abierta y la inversión en el ámbito de la gestión urbana y la movilidad, con su primera Call for startups a firmas emergentes con proyectos en ciberseguridad aplicada a la gestión urbana y la movilidad. Dos salones de inversión que impulsan la internacionalización de compañías en los terrenos de la movilidad -conectividad y digitalización-, de ciudades inteligentes además de en materia de ciberseguridad, descarbonización o inteligencia artificial, entre otros. O a través de Global Mobility Call, una oportunidad conjunta ideada por España e Italia para que sus mercados lideren la transformación de la movilidad sostenible y que se presentó el pasado 5 de abril en la capital italiana con objeto de seguir ampliando su red de apoyos internacionales y de aprovechar las oportunidades de desarrollo sostenible que plantean el Pacto Verde Europeo y los fondos NextGenerationEU tal y como aseguran también desde Ifema Madrid.

David García Núñez, que preside MWCC (Madrid Capital Mundial de la Construcción, Ingeniería y Arquitectura, explica que desde este ente multidisciplinar de profesiones vinculadas a planes de desarrollo urbanístico con sello Smart City, resalta varios proyectos y diseños que tienen en marcha dentro de un acuerdo con la prestigiosa Fundación Metrópoli en Madrid, en Alicante, Alcobendas, Tres Cantos, Málaga o La Palma, sobre reordenación urbana, en sostenibilidad o en el terreno de la innovación, bajo colaboración público-privada, dirigidos a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y que se basan en la nueva movilidad y con flujos de capitales destinados a la digitalización de las infraestructuras urbanas. “Trabajamos con países como Finlandia para compartir experiencias y, sobre todo, intercambiar acciones entre clústeres empresariales, así como con capitales de la talla de Nueva York o Singapur, referentes globales de Smart Cities. 

“Nuestras líneas esenciales para el desarrollo de los proyectos ciudad buscan el establecimiento de un marco jurídico por parte de las Administraciones Públicas que permitan y desarrollen la colaboración público-privada como una relación simbiótica permanente en el tiempo”, lo que implica un “soporte estratégico estatal que los articule”, afirma García Núñez, quien incide en que desde MWCC, “creemos que las iniciativas motrices esenciales a desarrollar en las capitales españolas para desarrollar una compleja y ambiciosa estrategia de Smart City deben pasar por la movilidad y por un transporte público sostenible mixto que permita reducir al máximo las emisiones de CO2 a la atmosfera urbana”, además de redes de interconexión ágiles, seguras y, por supuesto, verdes. 

Si bien también “debemos mejorar el equilibrio ciudad-entorno rural a través de infraestructuras que permitan desarrollar el espacio periurbano, conectar ambos ámbitos con más digitalización, conectividad, uso de recursos y unas economías circulares de mayor potencialidad”, dice antes de concretar que las apuestas por la neutralidad energética, la movilidad, la alta conectividad, la calidad de vida, la inversión y el dinamismo empresarial se convertirán en palancas de cambio y de transformación estratégica sobre las que España, que se encuentra muy bien posicionada internacionalmente, parte con ciertas ventajas competitivas, pese a que “aún nos queda mucho camino por recorrer”.  

La visión empresarial hispana

Varias cotizadas españolas explican sus estrategias corporativas en las diversas líneas de negocio asociadas al concepto de Smart City. 

Naturgy (Gas Natural). Una Smart City es aquella ciudad que apuesta por sistemas eficientes aplicados a sus infraestructuras. El objetivo de estas ciudades es conseguir garantizar un desarrollo sostenible, una mejor gestión de los recursos disponibles, una mejora en la calidad de vida de los ciudadanos y el fomento de su participación, explican desde la compañía energética, cuya distribuidora de electricidad, UFD, mantiene un acuerdo con el Ayuntamiento de Madrid para la electrificación de la movilidad y el desarrollo de redes inteligentes y de medidas encaminadas a la eficiencia energética. En particular, desde nuestra posición de distribuidores de electricidad, contribuimos a dar soporte a la estrategia de Sostenibilidad Madrid 360º para el impuso de la transición energética en la ciudad de Madrid.

En la multinacional española resaltan que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada en 2021 promueve varias iniciativas asociadas al impulso de las energías renovables, creación de zonas de bajas emisiones, impulso al despliegue de puntos de recarga o el fomento del autoconsumo -entre otras-, que exigen que la red eléctrica esté preparada para integrar todas ellas de forma flexible, eficiente, sostenible y segura. “Creemos -insisten- que es necesaria una armonización de todas ellas, mediante una estrategia conjunta, con una hoja de ruta que nos permita acompasar todas las necesidades de refuerzo o extensión de nuestra red de forma ordenada, lo que requiere de una comunicación permanente y con información actualizada que garantice el éxito esperado”.

En Naturgy hacen hincapié además en que la digitalización intensiva de nuestras redes eléctricas iniciada hace una década nos permite partir de una posición avanzada, incluso en comparación con otros estados de la UE. Proceso iniciado recientemente por otro tipo de utilities que puede beneficiarse del camino que “ya hemos recorrido con objeto de proporcionar una visión única integrada a los ciudadanos”. Para ello, sería de sumo interés que se promovieran plataformas de integración y gestionar todos los servicios y soluciones que conforman el ecosistema de una ciudad con una visión cada vez menos desacoplada de los mismos. “Esta integración -explican en la gasística- de la actividad de la ciudad se traduce en una mayor eficiencia en la prestación de servicios, así como una mejora en la calidad de los mismos, gracias a la mejor coordinación de los recursos disponibles. En cuanto a la movilidad sostenible, la electrificación del transporte se muestra como una oportunidad única para perseguir el reto de la neutralidad climática. Sin embargo, para conseguir los objetivos previstos en Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 debemos promover la movilidad, no sólo en las principales ciudades o corredores de conexión a las mismas, sino en todos los ámbitos para conseguir un despliegue uniforme.

En Naturgy se incide en que los beneficios asociados a las Smart Cities son más que de sobra conocidos: efectividad en la toma de decisiones basadas en información actualizada e integrada, mejora del compromiso del ciudadano, mejora en el medio ambiente o mejora en el transporte. Todo ello supone un salto cualitativo que sólo se aprovechará si se realiza bajo una perspectiva nacional, aprovechando cada uno de los casos de éxito para su réplica en otro lugar. “No tendría sentido abordar de forma individual proyectos de este tipo, teniendo como referencia los propios aciertos y equivocaciones”. En particular, la adopción de soluciones de autoconsumo, comunidades energéticas, uso del almacenamiento, la movilidad eléctrica y el uso del transporte público, van a transformar las ciudades en los próximos años, donde la singularidad de España, uno de los países con más horas de sol al año, supone una gran oportunidad de ahorro haciendo uso de paneles solares y, por tanto, de aceleración hacia una ciudad inteligente.

El reciente informe de la Comisión Europea sobre la Misión ciudades inteligentes climáticamente neutras identificando 100 ciudades climáticamente neutras para 2030 (entre ellas Madrid y Barcelona), supone un gran impulso incentivador, además de oportunidades de financiación en iniciativas de innovación y proyectos piloto con intercambio de todos los resultados entre las elegidas.

Telefonica. En la operadora resaltan su liderazgo en proyectos integrales de Smart Cities, gracias a referencias como Santander o Valencia, donde Telefónica es el principal socio tecnológico para llevar a cabo la digitalización de la ciudad. La compañía también ha colaborado en proyectos de Smart Cities financiados por Red.es, entre los que destacan los relativos a ciudades inteligentes, islas inteligentes y destinos turísticos inteligentes, como es el caso del Consell de Mallorca, el Ayuntamiento de Badajoz/Almendralejo, la Ciudad de Murcia y la Diputación de Ourense. 

De igual modo que -enfatizan- también hay grandes referencias en comunidades autónomas y en provincias inteligentes, como es el caso de los proyectos de Territorio Rural de Castilla y León, y de la Diputación de Badajoz. En la multinacional explican que “nuestra área de negocio está centrada en España, aunque muchas partes de los proyectos en los que participamos podrían ser replicados en otros mercados” y que, para ellos, “es muy importante que los proyectos de Smart Cities contemplen una plataforma central dónde se integren todos los datos de la ciudad o provincia”, porque esta plataforma proporciona información de valor que contribuye y ayuda a tomar decisiones basadas en datos reales. Los proyectos integrales -afirman- “ponen en valor lo más relevante de cada municipio y permiten obtener información de cada uno de los componentes” y sin esta capa horizontal y la integración de cada uno de los componentes, serían proyectos aislados y no conectados entre sí.  

En Telefónica España también juzgan trascendental que exista esa hoja de ruta, por ejemplo, en el objetivo de digitalizar las ciudades y territorios desde el punto de vista turístico, para lo que “contamos con el ejemplo y el liderazgo de Segitur y Red.es, lo que nos permite replicar los casos de uso y normalizar los indicadores para poder hacer una comparativa real de los destinos y ciudades”.

La multinacional española cree que las principales capitales españolas deberían poner en liza todo tipo de proyectos motrices que les permitan ser una referencia en la transformación digital. Entre ellos destacan los que nos permiten fomentar la movilidad sostenible y la multimodalidad. También aquellos que facilitan la convivencia entre visitantes y ciudades, poniendo en manos de los responsables municipales todos los datos que se producen en tiempo real para ayudarles en sus labores de gestión. Todos estos elementos “pasan por una plataforma integral del territorio”, basada en software, donde los datos, que pertenecen al ayuntamiento, quedan alojados y perduran en el tiempo. 

En la esfera rural, también tienen cabida proyectos de infraestructuras tendentes a eludir la fuga demográfica e impulsar la industria agroalimentaria o consolidar el abastecimiento de energías limpias para sus exigencias industriales, empresariales y socioeconómicas en general. En estas zonas también deben inculcarse este tipo de proyectos. Como el que “tenemos en Castilla y León y en la provincia de Badajoz para fomentar el desarrollo tecnológico en estas áreas y ayudar a capturar el talento”. Los proyectos que más pueden ayudar en estos territorios son aquellos que cuentan con soluciones innovadoras como la sensorización IoT, contadores de agua conectados, o las soluciones de Smart Agro, entre otros. “Todas estas soluciones ayudan a gestionar de forma más inteligente los pequeños municipios rurales. También hay que tener en cuenta los proyectos de centros de innovación vinculados con las Smart Cities que ayudan a identificar empresas o startups innovadoras en esa misma zona, ayudándoles a crear empleo local y probar soluciones innovadoras que se puedan replicar en otras geografías”. 

Izertis. En los últimos años, desde Izertis hemos acompañado a diferentes ayuntamientos como el de Avilés, el de Bilbao, Madrid, Santander, Barcelona o Gijón, entre otros, en el desarrollo de portales, apps, infraestructura, ciberseguridad y telecomunicaciones. También recientemente hemos arrancado la Oficina de Transformación Digital del ayuntamiento sevillano de Alcalá de Guadaíra. El concepto Smart City -explican- es muy amplio, cubriendo diferentes objetivos como son garantizar un desarrollo sostenible, una mejora en la calidad de vida de la ciudadanía, una mejor gestión de los recursos disponibles y la participación de la ciudadanía. Por todo ello, “consideramos que se debe buscar una estrategia que cubra objetivos de forma personalizada y vinculada a la características socioeconómicas y culturales de la ciudad”. En definitiva, resulta, pues “imprescindible construir un plan de acción y hoja de ruta que ponga en valor todas estas especificidades para la mejoría de la calidad de vida ciudadana e incluya soluciones asociadas a diferentes tecnologías habilitadoras como IoT, infraestructura, big data, plataformas web, una estrategia de ciberseguridad, inteligencia artificial, computer vision e, incluso, blockchain, pero siempre asociadas a las diferentes dimensiones que deben ser consideradas en una smart city: ciudadanía, economía, sostenibilidad, medioambiente, gobernanza y movilidad. 

Tampoco debemos olvidar que esta planificación no debe dejar a un lado la estandarización, la interoperabilidad y la reutilización de la información, dicen desde Izertis, porque es ineludible contemplar como base la ciberseguridad con el uso de buenas prácticas y el despliegue de las soluciones y políticas adecuadas para lograr que nuestras ciudades inteligentes sean lo más fiables y sostenibles posibles.

España cuenta con diferentes iniciativas a nivel nacional que buscan construir esa estrategia y los aspectos prioritarios. El gobierno español ha apostado por construir una estrategia estatal con el Plan Nacional de Ciudades Inteligentes para impulsar en España la industria tecnológica de las Ciudades Inteligentes y ayudar a las entidades locales en los procesos de transformación hacia ciudades y destinos Inteligentes. “Está dotado de varios millones de euros y pretende avanzar en la mejora de la calidad de vida de las personas con el ahorro en recursos energéticos y medioambientales”. Al mismo tiempo SEGITTUR gestiona el programa de Destinos Turísticos Inteligentes, pionero a nivel internacional, cuyo objetivo es implantar un nuevo modelo de mejora de la competitividad y desarrollo turístico basado en una infraestructura tecnológica que garantiza el desarrollo sostenible de actividad turística, accesible para todos, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino y mejora la calidad de vida del residente. Y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuya iniciativa citiES 2030 para reducir las emisiones y combatir el cambio climático pretende acelerar el cumplimiento del Acuerdo de París y la Agenda 2030, en la que inicialmente se sumaron 8 grandes ciudades españolas, pero que ya trabaja en su extensión con el desarrollo de una plataforma de colaboración e innovación, de ámbito nacional, orientada a prestar servicios a las localidades para facilitar y acelerar su transición hacia la sostenibilidad.

En el ámbito rural la tecnología debe ser el eje vertebrador con el que abordar un problema tan grave como es el despoblamiento y la reactivación de la España vaciada. La mejora de cobertura de Internet que se ha producido en los últimos años es un gran paso para ello, pero si queremos fijar población debemos acelerar y mejorar el ancho de banda. Esto servirá para generar una transformación digital en el territorio rural que apoyará el desarrollo de nuevos ecosistemas basados en casos de uso tecnológico innovadores, aprovechando las capacidades que nos ofrecen las redes 5G como la velocidad de acceso, baja latencia, la fiabilidad y la alta capacidad. 

Esto hará que se iguale el acceso de la ciudadanía rural a las oportunidades y se promuevan mayores vínculos con las zonas urbanas y al mismo tiempo permitirá mejorar la calidad de vida en los entornos rurales, con una mayor flexibilidad en cuanto al lugar de residencia y de trabajo, más herramientas para mejorar la inclusión social, una mayor productividad, crecimiento sostenible y una reducción de los efectos del cambio climático. “Podemos hablar de proyectos de agricultura de precisión, monitorización del ganado, control de bosques a través de sensores o desarrollo de nuevos modelos de turismo”. O específicamente del despliegue de una red de telemedicina que acerque este servicio básico a las zonas rurales, consiguiendo una atención especializada y eliminando la necesidad de recorrer largas distancias para llegar a un centro médico. “Tampoco debemos olvidar que el medio rural puede ser un buen ecosistema de pruebas para el testeo de iniciativas tecnológicas de forma previa a su lanzamiento a gran escala en entornos urbanos”.

Desde Izertis aseguran que el principal reto que tenemos en la sociedad es tomar la tecnología como una herramienta estratégica y funcionar a un largo plazo, pero con acciones a medio y corto, con una hoja de ruta en colaboración con todos los agentes y colectivos que se involucran en la vida de una ciudad. Por tanto, es imprescindible generar las adecuadas sinergias entre lo público y lo privado, y trabajar de forma conjunta para incrementar nuestra capacidad para desplegar grandes proyectos. “Desde lo público trabajar en una legislación y normativa que facilite el despliegue de nuevas iniciativas, así como el lanzamiento de nuevas vías de financiación que posibiliten la inversión de las ciudades, pero también del sector empresarial en el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas”, matizan. 

Aunque, en paralelo, adquiere gran valor la estandarización para asegurar una interoperabilidad de los sistemas de las ciudades, el desarrollo de un mercado globalizado en el que el foco esté puesto en productos y servicios que se estén desarrollando, garantizando al mismo tiempo la privacidad como una seguridad absoluta de todos los usuarios. A nivel nacional se ha trabajado en esta vía en los últimos años por lo que contamos con varias normas que aseguran una alta estandarización.

Las ciudades concentran los mayores niveles de contaminación, consumen el 75% de la energía y son las que emiten el 80% de los gases de efecto invernadero. Consecuentemente, las ciudades son un entorno en el que poner en práctica las estrategias y medidas de descarbonización del sistema energético, el transporte, los edificios e, incluso, la industria y la agricultura. 

“Son motores de innovación -inciden desde Izertis- en los que existe un potencial de integración intersectorial y de infraestructuras complejas como las redes inteligentes para lo cual a nivel político es imprescindible disponer de esta visión y construir proyectos con una planificación a largo plazo en los que se implique al sector empresarial. “Consideramos, por ejemplo, que en el ámbito de la movilidad tenemos el gran reto de construir modelos de movilidad más eficientes, en los que el despliegue de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos será clave, siendo imprescindible la implantación de diferentes tecnologías habilitadoras, pero también estrategias de mejora de la red eléctrica de baja tensión”, la incorporación de nuevos modelos de venta de energía, de legislación que impulse el uso de este tipo de vehículos (a nivel nacional, regional y local), así como otras medidas que de no ser orquestadas correctamente no ayudarán al éxito de la movilidad en las ciudades. 

“Es imprescindible potenciar una política industrial para promover el crecimiento del sector tecnológico y su capacidad de internacionalización, desarrollando una industria de las smart cities que permita cohesionar el territorio, convertirlo en atractivo y eficiente a través de la innovación partiendo de los problemas reales de las ciudades”, por lo que debemos de ser muy conscientes de que no será posible alcanzar los desafíos de la Agenda 2030 sin una necesaria transformación del sector tecnológico, del sector utilities o del turismo en nuestro país. De igual forma que las ciudades españolas son un referente internacional en el campo de las smart cities, tanto en plataformas como en ciertos verticales (IoT, big data, turismo, movilidad) así como en la gestión de recursos públicos, como el agua o los residuos. “Debemos aprovechar el liderazgo y la experiencia adquirida en los últimos años y la financiación para la ejecución de proyectos para construir nuestras ciudades. Sostenibilidad, operatividad y ecoeficiencia son los objetivos principales a alcanzar, gracias a la tecnología estamos en el buen camino”.

Valoriza (Sacyr). Dentro de la línea de negocio de Servicios, desde la empresa Valoriza, que presta servicios urbanos por toda la geografía española, se han puesto en marcha diversos proyectos que contribuyen activamente a digitalizar las ciudades y convertirlas en Smart Cities. En el ámbito de los servicios urbanos (limpieza viaria, recogida de residuos) -aseguran fuentes de la constructora- destacamos la incorporación de plataformas de gestión de flotas (tecnología GIS) con analítica avanzada y eficiencia en la conducción que identifican unívocamente cada vehículo del servicio, son capaces de ubicarlos en tiempo real al realizar su recorrido, así como incorporar vía IoT, información proporcionada por sensores instalados en diferentes elementos (como por ejemplo contenedores de residuos), que mandan información de su estado en todo momento para poder así planificar mejor y optimizar las rutas y procesos propios del servicio que se esté realizando.

Por otro lado, y asociada a la gestión de zonas verdes en ámbitos urbanos, “se han probado diversas soluciones entre las que destacamos sistemas de tele-gestión de los sistemas de riego de los jardines o sensores para el estudio en tiempo real de la calidad del aire de las ciudades, que, conectadas a una plataforma, permiten una gestión integral de las zonas verdes que cuidamos”.

Como proyecto a destacar -explican- en el ámbito de la movilidad, Valoriza ha realizado un esfuerzo en diseñar e implementar una plataforma integral de movilidad con vehículos de lectura automática de matrículas en Castro Urdiales e Irún. Consiste en una plataforma web de monitorización y gestión de servicios en el área de movilidad que permite el control integral y la centralización de datos procedentes de distintas fuentes como pueden ser: parquímetros, aplicación de pago móvil de los usuarios, de controlador para emisión de denuncias, de técnicos de mantenimiento, limpieza y recaudación, vehículos de lectura automática de matrículas, o de sensores, paneles de información urbana, estaciones meteorológicas, software de terceros, DGT o Ayuntamientos. Por último, Valoriza gestiona la plataforma Smart Guadalajara que comprende la gestión de los servicios públicos de recogida y transporte de residuos sólidos urbanos y selectivos y limpieza viaria de la ciudad de Guadalajara y barrios anexionados, proporcionando una visión única e integrada de la información de la ciudad relativa al seguimiento de los Indicadores del servicio de Recogida de Residuos y Limpieza Viaria facilitando la visualización y reporting de la información en tiempo real, e incorporando una herramienta de registro de incidencias, quejas y reclamaciones vía app móvil y web ciudadana.

“A día de hoy, aseguran en Valoriza, “tenemos contratos de gestión de residuos y limpieza viaria a nivel internacional en los que se han implantado las plataformas de gestión de flotas”, además de un apoyo firme en la digitalización de los diferentes servicios demandados por la ciudad, ya que entendemos que el respaldo estatal es fundamental y se está haciendo un esfuerzo a través de agencias como Red.es para incentivar a los municipios a digitalizar sus operaciones”. Por otra parte, “se espera que a través de los fondos Next Generation se dé el impulso definitivo a la incorporación de la tecnología y la modernización de las administraciones públicas y por ende, a las locales, para que la Smart City sea una realidad en la mayoría de los municipios españoles”.

En la firma de servicios de Sacyr se resalta que como proyectos motrices para lograr Smart Cities primeramente se deberían modernizar las utilities de comunicación digital para poder tener una buena red 5G que va a ser esencial para dar servicio a todos los sensores IoT que van a estar (o están) presentes en la ciudad y que van a estar monitorizando en todo momento el estado de la misma. Y, en la esfera rural, ofrecer las mismas condiciones de conectividad que se tienen en las ciudades, para poder dar servicio a la creciente digitalización de los servicios ofrecidos en este ámbito así como de las industrias que operan en ellos “poniendo el foco en la mejora y en la optimización de procesos mediante digitalización y obtención de datos bajo la premisa de que lo no se puede medir no se puede mejorar”. Porque se requieren consensos políticos y en el terreno multidisciplinar para atender los objetivos de neutralidad energética, alta conectividad, movilidad fluida, elevada calidad de vida y dinamismo empresarial: en el orden político, “debería haber consenso tanto a nivel estatal, autonómico como intermunicipal y en el multidisciplinar es clave el consenso, ya que la Smart City abarca diferentes sectores con intereses muy dispares si queremos, como parece, que ciertas ciudades como Barcelona o Madrid estén a la cabeza en estos derroteros de la vida inteligente urbana”.