La economía española se encuentra ante una situación extremadamente compleja según Mads Koefoed, jefe de estrategia macro de Saxo Bank. Por una parte, se trata de un país cuyo Producto Interior Bruto registra tasas de crecimiento superiores a los registrados por el resto de grandes potencias de la unión. La caída de los precios del petróleo, el proceso de devaluación interna y la depreciación del euro tras la aplicación de políticas ultraexpansivas por parte del BCE han permitido impulsar las exportaciones españolas
, al tiempo que se ha corregido el saldo exterior negativo a través de un descenso de las importaciones.

Este proceso ha permitido que el saldo de la balanza por cuenta corriente (aquella que tiene en cuenta el intercambio de bienes, servicios, rentas y transferencias) registra un superávit de casi el 2% del Producto Interior Bruto, al tiempo que la balanza comercial, que se refiere al intercambio de bienes con el exterior, registra un saldo negativo cuatro veces inferior al del año 2007.

Las previsiones de Saxo Bank para este ejercicio arrojan un crecimiento del 2,8% para 2016 y del 2,5% en 2017 que, además, vendrá acompañado de una reducción de la tasa de paro hasta situarla en niveles inferiores al 19%.

Respecto a la incertidumbre política que atraviesa España tras las elecciones del 20D, desde Saxo Bank señalan que, por el momento, no se está haciendo notar sobre la renta variable española, ya que el descenso del 5,8% es tan solo entre 1 y 2 puntos inferiores a la evolución del CAC 40 francés y el DAX alemán. En este sentido, Koefoed señala que los valores del Ibex 35 cotizan actualmente a precios más atractivos  que Reino unido, Alemania o Francia.

Además, el descenso registrado por el sector financiero europeo en lo que va de año (16% frente al 11,7% de los bancos británicos) debido, según asegura el analista de Saxo Bank, al riesgo de que finalmente se consume el Brexit hace que el sector bancario resulte atractivo a los precios actuales. Sin embargo, señalan que la alta exposición a las islas de valores como BBVA, que acaba de comprar el 30% del Banco Atom, Banco Sabadell, que ha comprado TSB y Banco Santander, que obtiene el 14% de sus ingresos de Reino Unido, podría ocasionar un serio problema para estas entidades si finalmente se produce el Brexit.