El índice de precios de consumo (IPC) de EEUU subió un 0,1% en mayo, frente a la subida del 0,2% que habían anticipado los analistas. La tasa anual se situó en el 2,4%, en línea con lo esperado, según datos proporcionados por la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo.
La inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, aumentó un 0,1% en mayo y un 2,8% anual, frente a las previsiones del 0,3% y el 2,9%, respectivamente.
Los precios de los alimentos aumentaron un 2,9%, mientras que los productos energéticos experimentaron una disminución del 3,5% en mayo en comparación con el mismo mes del año anterior.
La continua debilidad de los precios de la energía y los servicios contribuyó a compensar algunos de los aumentos, y algunos otros artículos clave que se esperaba que presentaran aumentos relacionados con los aranceles, en particular los vehículos y las prendas de vestir, registraron descensos, según las cifras publicadas por la Oficina de Estadísticas Laborales.
La lectura de mayo del IPC podría tener implicaciones en la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed). Aunque los datos generales apuntan a una persistencia de la inflación, esta se sitúa por debajo de las expectativas del mercado, que había previsto un aumento mayor tras la imposición de aranceles al comercio por parte de la administración de Donald Trump.


