En Japón, “creo que lo que están intentando es controlar la velocidad: hay predisposición a monetizar toda la deuda y eso requiere genera inflación porque necesitan tener superávit por cuenta corriente, que es la única manera de devolver todas las deudas”. En declaraciones a Radio Intereconomía este experto recuerda que se está planteando la duda de que el déficit pueda llegar al 250% “no es una crítica a la dirección sino a la velocidad porque los países deudores quieren que sea una divisa más débil y, como nadie quiere revaluar, hay una crítica muy fuerte.
Todo esto viene por el hecho de que Estados Unidos tienen un endeudamiento insostenible y busca la depreciación de su divisa con unos Quantitative Easing que tienen ese objetivo. “No encuentra vía fácil para resolver su problema porque el resto de economías quieren lo mismo. De alguna manera, si todos empiezan a buscar una depreciacción, el único camino que nos queda será China y Europa y, éstas, no generan esa depreciación constante que se está buscando con lo que toda la guerra de divisas no hace más que recrudecerse y, a la larga, tendrá problemas”.
Durante el fin de semana, el Bundesbank ha criticado al BCE por su falta de austeridad. Los problemas que tenemos en el mundo se reducen a unos deudores que no pueden pagar y unos acreedores que quieren cobrar, lo que les llevan a políticas divergentes: una solución a largo plazo son las reformas, sin fijarse en si crecemos o no con unas reformas que hagan que crezca mucho a largo plazo y otra está en buscar el crecimiento a toda costa, sin pensar que ese crecimiento a corto plazo será lo que impida crecer en el largo plazo. Los que están endeudados son los que buscan esta última opción mientras que los acreedores, buscan la de largo plazo.