“Este experimento monetario está llegando a su fin y nadie sabe las repercusiones potenciales. No podemos descartar ni una plaga de ranas”, ironiza.

Escribe el experto que “la respuesta política a la crisis sembró las semillas de la siguiente crisis. No es difícil describrir cómo va a ser la secuencia de eventos de la crisis que está por venir. Por eso, si se produce un crash del mercado estadounidense, sería el menor de nuestros problemas”, dice Wright.


En su opinión ese crash podría ser la consecuencia de una subida de tipos más rápida de lo que estima el mercado. Esto podría provocar el tambaleo de los bonos estadounidenses “y si esto pasa, arrastrará todo con él”, dice.

Cita el editor un informe del fundador del hedge fun bridgewater Associates en el que advertía a sus clientes que la Reserva Federal podría estar poniendo las bases de un crash del estilo al sufrido en 1937 cuando comience a subir los tipos.

A diferencia del desplome bursátil de hace 80 años, en esta ocasión los mercados de todo el mundo están interconectados y muy imbricados con la economía. “Hoy los mercados de todo el mundo se vuelven enanos si se comparan con los de deuda que a su vez palidecen al lado de los mercados de derivados”.

Señala que a finales del año pasado la capitalización de las bolsas de todo el mundo era de 70 trillones de dólares y el valor de todos los derivados a nivel global es de 690 trillones. Recuerda que alrededor de cuatro quintos de los contratos de derivados que están en marcha hoy en día están ligados a los tipos de interés. Es decir, se trata de seguros diseñados para proteger a sus propietarios de movimientos adversos en los precios.

Si la FED sube mucho los tipos y siguen cayendo los treasuries todo podría ir mal, en su opinión y podría afectar tanto a particulares, como inversores institucionales e instituciones financeras.

Treasuries histórico

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