Los titulares en artículos financieros haciendo eco alarmista de las señales de Hindenburg Omen se acumulan (ver “Mc Clellan: Este indicador raro aventura un desastre en los mercados”). No es de extrañar, los requisitos necesarios para que aparezcan la señal son bastante exigentes y, una vez que aparece, es una clara señal de alerta de techo de mercado