Tal y como dicen los expertos de Fidelity, no es un secreto que el crecimiento global se está volviendo menos sincronizado con Estados Unidos liderando el camino mientras no vemos signos crecientes de desaceleración en otros lugares. En general, “vemos un sesgo hacia la desaceleración y, aunque los datos siguen siendo relativamente benignos por ahora, creemos que hay motivos de precaución sobre las perspectivas de crecimiento de la segunda mitad de 2018”.

De hecho, el indicado propio de perspectivas de la gestora – Fidelity Leading Indicator – señala que se aproxima “una mayor desaceleración (sobre la base de datos relacionados con el comercio, productos básicos y  trabajo). Vemos tres obstáculos principales para la economía mundial: una política monetaria cambiante, la desaceleración en China y el aumento de los precios del petróleo”.

En cuanto a la política monetaria, mientras los mercados habían descontado un aumento de los tipos en junio por parte de la FED mucho antes del anunciodel FOMC, aun no se ha visto el impacto a más largo plazo del ajuste cuantitativo.

Del mismo modo, la transición estructural de China no es nada nuevo pero los mercados deben abordar el impacto de la evolución de los aranceles en EEUU, además del debilitamiento de los datos.  

Y en lo que respecta al precio del crudo, sigue subiendo y es probable que la caída de  los inventarios exacerbe esto en los próximos meses. “Por cada 10-15 dólares que aumente el precio del crudo, esperaríamos un golpe al crecimiento mundial de alrededor del 0,3%”.

En este contexto la gestora sigue neutral en renta variable. Aunque el sentimiento es positivo en los mercados globales, con las valoraciones aún altas en términos históricos, es complicado ver catalizadores obvios para una nueva subida en los próximos meses.

Por otro lado siguen siendo sensibles al hecho de que, si bien esta fase de mercado actual de “ciclo tardío” tiene el potencial de extenderse durante el resto de 2018, es probable que el final del ciclo ocurra de manera bastante abrupta.  Por este motivo, el Grupo de Asignación de Activos de Fidelity adopta una postura más defensiva y, aunque ven una serie de riesgos para las acciones, son conscientes de la necesidad de mantener un cierto grado de audacia “pues la infraponderación en renta variable representaría un riesgo significativo por sí misma”. Su visión, por lo tanto, sigue siendo neutral y con una opinión sobre el efectivo positiva de forma que “nuestros gestores de fondos puedan disponer de algo de pólvora en caso de que se encuentren oportunidades de compra”.

Siguen menos positivos sobre la renta fija: los bonos está caros y los mercados crediticios mundiales muestran signos de mal salud, especialmente en lo que apunta a la liquidez. 

En cuanto al verano,  los expertos de Fidelity esperan períodos adicionales de volatilidad durante el verano aunque es improbable que los mercados generen resultados extremos (positivos o negativos) mientras que los inversores esperan que haya mayor claridad en la segunda mitad del año.

 

Asignación activos de Fidelity