Miguel Llorente, analista de Capital at WorkEs cierto que existe una ralentización económica en Estados Unidos, pero esto no es ninguna sorpresa, porque ya hace dos años que se identificaron los primeros síntomas. Consideramos, pues, que el debate entre si se va a producir una recesión o un simple aterrizaje suave no tiene mucho interés.Hoy vemos la situación mucho más clara que hace seis meses cuando comenzó la crisis de las “hipotecas subprime”, ya que sabemos que no va a haber en el futuro ninguna quiebra de un gran banco. Hemos visto como Citigroup o Merrill Lynch han encontrado grandes inversores para financiar sus necesidades de recapitalización y que CountryWide ha sido comprada. Por supuesto que ahora están saliendo malos resultados del sector financiero, pero eso es algo esperado y que ya debería estar descontado por el mercado. Lo realmente peligroso sería una quiebra inesperada en el sistema bancario y las consecuencias que esto podría tener en la Economía.¿Qué creemos que debería pasar? En primer lugar pensamos que la volatilidad va a continuar tanto a corto plazo como probablemente a lo largo de 2008, principalmente porque los inversores están actuando guiados más por el miedo que por la reflexión. Si ahora mismo se produjese un rebote, lo normal sería que le siguiese una nueva ola de ventas. Los bancos centrales van a actuar próximamente y quizás la FED no espere hasta el 30 de enero para bajar tipos, movimiento que seguramente se hará de forma contundente. También esperamos una bajada de la inflación debido a la ralentización económica y a una probable disminución del precio del petróleo, que podría volver de nuevo al entorno de los 80 USD. Una menor inflación va a significar una menor presión sobre los bancos centrales y una mayor libertad para que éstos puedan seguir bajando tipos de interés.Por último, desde CapitalatWork recomendamos mantener la calma y no vender, aunque esta decisión pueda ser dolorosa a corto plazo, y centrarnos en comprar buenas compañías generadoras de Free Cash Flow (esto significa una menor dependencia de las inyecciones de liquidez por parte de los bancos centrales), que tengan una deuda controlada y una exposición a la economía global.