Nació como una empresa de composición familiar y con una historia familiar detrás, una esencia que sigue presente en Laboratorios Rovi aunque a día de hoy tenga más de mil empleados. Fundada en Madrid en 1946, el negocio de la familia López-Belmonte nace de la necesidad de salir adelante después de una guerra y ha estado unido al nombre de las heparinas prácticamente desde sus inicios. "Mi abuela padecía trombofibrosis y en España no había medicamentos para tratarla. Mi abuelo encontró que fuera de nuestro país sí se trataba y decidió traerlo”, ha explicado Javier López-Belmonte Encina, director financiero y vicepresidente de Laboratorios Rovi.

Hasta 1981, la actividad de Rovi consistió principalmente en la comercialización de productos propios basados en la heparina y de especialidades de compañías farmacéuticas internacionales en virtud de las correspondientes licencias. A partir de entonces, el laboratorio comienza sus investigaciones sobre derivados fraccionados de la heparina (heparinas de bajo peso molecular) y que son utilizadas en la prevención y tratamiento de la profilaxis y la enfermedad tromboembólica venosa. Sólo unos años después, en los 90, Rovi desarrolla una segunda generación de Heparina de Bajo Peso Molecular, Bemiparina, principal activo de su producto Hibor®. Hoy, los dueños de la heparina Hibor son los primeros en anticoagulante.

Pero esta no es la única contribución de Rovi en pro de la salud mundial. Con una cartera diversificada de más de 40 productos comercializados, Rovi se encuentra en continuo proceso de expansión internacional, pero también de investigación. En 2017 la empresa inició la comercialización de su biosimilar de Enoxaparina. Además, Rovi continúa desarrollando la tecnología de la plataforma ISM y confía en su segundo nuevo medicamento, el Doria (Risperidona ISM), un sistema inyectable de liberación prolongada aplicado en el tratamiento de la esquizofrenia, para impulsar aún más su crecimiento.

Así las cosas, el laboratorio está habituado al crecimiento rápido. Premios, inversiones, aumento financiero, expansión internacional... todo ello a través de una actividad que abarca I+D, comercialización de productos farmacéuticos propios y bajo licencia, y la prestación de servicios de producción, envasado o empaquetado para terceros. Si a ello le añadimos su buen hacer en bolsa, todo hace prever que Rovi podría convertirse en una multinacional que en unos años obtendrá el grueso de su facturación de Europa, Estados Unidos y el resto del mundo. En suma, una apuesta de inversión en salud para el inversor minorista cualificado que busque oportunidad de alto dividendo y rentabilidad de largo plazo.