Son ustedes la tercera generación de Laboratorios Reig Jofre: la primera crea la empresa, la segunda la hace crecer y la tercera... ¿qué hará?

Nuestro papel fundamental es y seguirá siendo trabajar duro para hacer crecer el proyecto y darle todo el futuro que sea posible. Los 90 años que Reig Jofre tiene de historia han sido muy importantes, pero lo que tenemos que hacer ahora es mirar hacia delante y pensar en los 90 años de éxito futuros. Y ese es nuestro horizonte y para lo que trabajamos cada día. 

A día de hoy la familia Reig Jofre mantiene el 62,7% del capital. ¿Cuál es el secreto para llevar una empresa familiar a buen puerto sin que termine en “drama”?

Parte del secreto es precisamente que la familia ostente ese 62,7% del capital y no el 100%. Es decir, el hecho de que en el año 2015 Reig Jofre vía la operación de fusión con con Natraceutical saliera al mercado, ha permitido que aparezcan una serie de accionistas y nuevos inversores que confían en el proyecto, que le ven futuro y que quieren acompañar en su proyecto empresarial a la familia Reig. El que como familia empresarial puedas trabajar en la "gama de grises", es decir, en una compañía con un control familiar fuerte medio y largo placista, pero que a la vez tiene una visión del mercado corto y largo placista, creo que es y será parte de la garantía de éxito del proyecto Reig Jofre y de la relación entre la familia y la empresa.

¿Qué han supuesto estos cinco años como cotizada?

Los últimos cinco años han supuesto un notable cambio y evolución. Cuando Reig Jofre comienza a cotizar en bolsa, fruto de la integración de Natraceutical y Forté Pharma en nuestro grupo, se produce el doble efecto de cotizar e integrar un negocio. En números, en estos cinco años hemos pasado de tener una facturación de unos 120 millones de euros a 200 millones, un salto que hemos dado con crecimiento inorgánico pero también orgánico gracias a las actividades core de la compañía. En esta evolución también hemos conseguido que la rentabilidad pase de 13 millones de euros de EBITDA a 20 millones. Además de este incremento del negocio, en este tiempo hemos invertido una cantidad importante (unos 120 millones de euros) en proyectos que darán sus frutos en la siguiente etapa y configurarán el nuevo Reig Jofre.

Por otro lado, estar en bolsa ha tenido varios efectos en nosotros como compañía: primero, nos ha puesto la disciplina de ser una empresa cotizada y sometida a unos niveles de cumplimiento, transparencia y control muy superiores a los que las empresas comúnmente afrontan; segundo, nos ha hecho estar acompañados de otros inversores en el proyecto, y esto también crea un sentido de la responsabilidad; y más recientemente nos ha permitido afrontar un proyecto importante como es la compra de la unidad de negocio de salud y dolor articular, acudiendo al mercado de capitales y realizando una ampliación de capital 24 millones de euros en un plazo récord de dos semanas y con una demanda muy importante de títulos, y eso ha sido precisamente fruto de lo que se ha ido sentando en estos cinco años de cotización.

 

Acaban de presentan los resultados de 2019, un ejercicio en el que el beneficio se ha reducido un 46%. ¿A qué se ha debido esta caída en las ganancias?

Consideramos que 2019 ha sido un buen año y que sienta las bases de los resultados futuros que esperamos tener. El EBITDA de la compañía ha crecido un 20%, pasando de 16 millones de euros a 20 millones. Es cierto que el resultado antes de impuestos ha pasado de 9 a 5 millones de euros, pero esta diferencia ha sido por dos efectos. Por una parte, los costes no recurrentes y que no se repetirán en años futuros vinculados a la compra del negocio de salud articular, que han sido de dos millones de euros largos. Y, por otra, se da la circunstancia de cómo se ha instrumentado la compra de este nuevo negocio, ya que se ha vehiculado como una compra de activos intangibles, productos y marcas por un valor cercano a los 48 millones de euros y que va pasando vía amortización de estos activos por la cuenta de resultados en orden de una magnitud en 2019 de 2,5 millones de euros prácticamente; este efecto no tiene ningún impacto en el cash flow de la compañía ni en la medida de rentabilidad real, y de hecho incluso tiene ventajas en los impactos fiscales que puede tener amortizar este tipo de transacciones vía cuenta de resultados. Por ello, aunque es cierto que la lectura nominal del resultado cambia, no lo hacen los cash flow reales de la empresa.

¿En qué se ha basado el crecimiento de la facturación de Reig Jofre y cuál ha sido la aportación de cada división?

Las ventas han crecido un 11% en 2019 y este crecimiento se ha producido en nuestras tres unidades de negocio. En la división de tecnologías farmacéuticas hemos crecido un 2%, condicionados de una forma u otra por las limitaciones de capacidad que hemos tenido todavía en Barcelona y por el hecho de que hemos estado migrando y creciendo en algunos mercados como por ejemplo el japonés, con mayores rentabilidades, pero a costa de tener que dejar fuera algunos clientes o mercados donde realmente la rentabilidad es menor pero la cifra de ventas es mayor. El crecimiento en la segunda gran división de Reig, que es Specialty Pharmacare, ha llegado de dos maneras: un incremento orgánico de alrededor de un 5% básicamente en las franquicias de uñas y cabello, y un crecimiento no orgánico de 13 millones de euros de la división adquirida el 1 de julio de 2019 de salud articular; este último efecto se ha producido solo en un semestre, por lo tanto el crecimiento total de la división en el ejercicio 2019 ha sido de un 41%. Finalmente, la tercera división, Consumer Healthcare, ha aumentado un 6% y básicamente el gran driver ha sido el crecimiento del 9% mercado francés y principalmente alrededor nuestra marca Forté Pharma y los productos de energía y vitalidad natural, los productos de belleza y colágeno, la gama de probióticos, productos de salud de estrés y de sueño, que han venido a complementar la cartera histórica de control de peso de Forté Pharma.

Esto configura un grupo que ha facturado 200 millones de euros en total, la mitad provenientes de la división de tecnologías farmacéuticas y la otra mitad de la división de Specialty Pharmacare y Consumer Healthcare.

Reig Jofre es una empresa de propiedad familiar, pero al mismo tiempo ha sabido globalizar su negocio expandiéndose a diferentes mercados y comprando otras compañías. ¿Qué les ha aportado este proceso hasta el momento?

Reig Jofre es proyecto internacional desde hace años. Nuestro mapa es el mundo. Cerramos 2019 con un 45% de las ventas en España y un 55% del exterior, de las cuales un 10% han sido fuera de Europa. Nuestro negocio en general -y básicamente de Specialty Pharmacare y Consumer Healthcare- está muy orientado a la venta directa y esto lo conseguimos en 7 mercados donde Reig Jofre tiene presencia con equipos propios: España (800 empleados vinculados a plantas y a las unidades de producción y comercial), Francia (100 personas con misión comercial), Suecia (100 personas entre producción y comerciales y una planta de productos dermatológicos), y equipos más pequeños en Inglaterra, Bélgica y Portugal, y uno más reducido y técnico en Singapur, que es precisamente el que ha abierto los dos nuevos mercados este año: Birmania y Bangladesh. Con estos dos nuevos mercados hemos alcanzado un total de 72 mercados en el mundo, pero seguiremos trabajando duro los próximos años para que esta cifra siga creciendo.

A partir de este año y hasta 2025 se inicia el nuevo Plan Estratégico de Reig Jofre. ¿Cuáles serán sus bases bases fundamentales?

En el período 2015-2019 el foco ha estado centrado en invertir y mandar el mensaje al mercado de que Reig Jofre era una compañía que, a pesar de sus 90 años, se sentía joven para poder estar invirtiendo y buscando crecimiento tanto internacional, como en productos y en sus tres divisiones. Para conseguirlo, nos hemos centrado en invertir en los tres bloques: crecimiento no orgánico, con la adquisición de negocios (por ejemplo el de salud articular en 2019); crecimiento en plantas productivas en España, en Toledo y Barcelona, donde se ha invertido para aumentar la capacidad, la calidad y la eficiencia productivas en las plantas; y finalmente inversión en I+D en nuevos productos con un plazo de retorno un poco más largo.

En los próximos cinco años la inversión anual será menor y las inversiones se estabilizarán de nuevo alrededor de los 5, 6 ó 7 millones de euros anuales. No realizaremos nuevas inversiones a nos ser que veamos alguna oportunidad que tenga un excelente encaje estratégico, y nos dedicaremos a rentabilizar las ya realizadas y a consolidar el modelo de negocio que hemos creado y que esperamos que nos lleve a alcanzar cifras de 300 millones de euros en ventas y a multiplicar por dos los EBITDAS cerrados en 2019. Pensamos que es un proyecto ambicioso, pero hemos hecho los deberes suficientemente bien como para que, de una forma u otra, ese crecimiento que prevemos sea realista y nos permita primero repagar la deuda contraída en este período con las inversiones que hemos realizado y después generar cash flows libres que favorezcan retribuir al accionista vía dividendos a futuro.