En el Viejo Continente gran parte de la evolución de la economía dependerá de las medidas que adopte el Banco Central Europeo en sus próximas reuniones. Si empeora el crecimiento económico y la inflación continúa baja, es muy probable que el BCE se vea forzado a implementar un QE pleno
, en el que se incluyan compras de deuda corporativa, y no conformarse con el actual TLTRO. En este contexto, y dado que los bonos de Gobierno ofrecen rentabilidades muy bajas que ya descuentan una política monetaria más acomodaticia, creemos que el año que viene habrá oportunidades en el mercado de renta fija privaday también en los bonos ligados a la inflación.
Al otro lado del Atlántico, la economía de Estados Unidos presenta mejores perspectivas. De hecho, esperamos que mantenga su ritmo de crecimiento apoyado por diversos factores. Esto permitirá que la Reserva Federal incremente los tipos de interés, aunque creemos que la primera subida llegará en el segundo semestre del próximo año. El impacto que tendrá el alza de los tipos en la economía es muy difícil de prever, pero lo que sí es seguro es que cuanto más tarde se produzca dicha subida, mejor será para la economía, ya que una vez que comienzan a elevarse los tipos es muy difícil volver atrás.Ante este escenario, la clase de activo que permite aprovechar mejor el crecimiento de la economía americana es la deuda de alto rendimiento.
No obstante, hay que tener cuidado y evitar estar demasiado expuestos al sector energético de alto rendimiento, que representa el 23% dentro de este segmento en Estados Unidos, debido a la caída que han sufrido los precios del petróleo, pese a que creemos que se estabilizarán.
Tampoco hay que olvidarse de la renta fija de mercados emergentes, donde también existen valoraciones atractivas, pero conviene ser muy selectivos.En primer lugar, con los países en los que se invierte, que deben contar con una buena perspectiva macroeconómica y, luego con las compañías, que deben presentar buenos fundamentales. No hay que olvidar tampoco que estas economías no se ven afectadas de igual forma por la evolución de los precios del petróleo, ni tampoco por los movimientos del dólar. Aun así, preferimos invertir en bonos denominados en moneda extranjera, ya que las divisas locales han sufrido una gran deflación.
Como conclusión, y teniendo en cuenta lo mencionado anteriormente, consideramos que la mejor inversión en renta fija de cara a 2015 debe realizarse a través de una cartera diversificada, con una exposición global y muy flexible, que permita aprovechar las distintas oportunidades que se presenten en el mercado.