La demanda de financiación de particulares y empresas se contrajo en 2023 por amortizaciones y cancelaciones anticipadas. ¿Se moderará esta tendencia?

Aunque la evolución es algo diferente entre segmentos, el conjunto de los préstamos del sistema continuó cayendo en 2023 un 3%. Desde la crisis financiera global, y en España de manera particular, tras la crisis inmobiliaria de hace cerca de 15 años, se ha producido un continuo desapalancamiento del sector privado español. La relación de préstamos sobre depósitos del sistema alcanzó porcentajes cercanos al 200% y las empresas y familias llegaron a tener el doble de préstamos que de depósitos; una relación que se ha ido ajustando significativamente hasta llegar a invertirse, con un saldo de depósitos que, a finales de 2023, superaba el saldo de préstamos en aproximadamente un 10%.

El año pasado, mientras que los préstamos de financiación al consumo mostraron una evolución más estable, se vieron caídas en hipotecarios y, principalmente, en empresas no financieras. En el caso de Unicaja, la evolución por segmentos fue similar a la del sector, aunque en empresas la caída fue algo mayor debido a las amortizaciones, sobre todo en préstamos ICO. Una parte relevante del descenso de estos préstamos se debe a la amortización anticipada de los préstamos ICO con garantía gubernamental.

Los mayores tipos de interés y la finalización de los periodos de carencia provocaron que una parte de las empresas que solicitaron financiación ICO durante la pandemia decidiera amortizarlos, lastrando los volúmenes de financiación. Algo que, por otro lado, es normal, ya que los préstamos a empresas crecieron significativamente en la segunda mitad de 2020, impulsados por estos préstamos con garantías gubernamentales.

A pesar de las bajadas recientes, a finales de 2023, los préstamos de las empresas financieras todavía superaban los niveles previos a la pandemia. En el caso de las hipotecas, hay una mayor correlación con los tipos de interés y, en concreto, con el euríbor. Esta correlación inversa se explica por la percepción de un coste de endeudamiento mayor a largo plazo. Si los tipos de interés comienzan a bajar, una parte de la demanda de hipotecas se podría reactivar. Teniendo en cuenta todo esto, en 2024 el crédito podría evolucionar más favorablemente, tanto a nivel sectorial como en Unicaja.

Las cuentas de Unicaja en 2023 muestran fortaleza del negocio minorista, gastos de explotación a la baja y mejora de la eficiencia. ¿Queda margen para mejorar?

Durante los últimos años hemos venido reduciendo la base de costes gracias a la cristalización de las sinergias con origen en las diferentes fusiones y al esfuerzo y contención de costes al que obligaba un contexto de tipos de interés negativos. Durante años, en España no se repercutieron los tipos de interés negativos a los depósitos minoristas, afectando al margen de intereses del sector.

Bajo este contexto, Unicaja logró reducir los costes, apoyado por las fusiones. Estos procesos permitieron aflorar ahorros y sinergias para mitigar parcialmente el impacto negativo en los ingresos. Un ejemplo de esas sinergias se da en el último ejercicio, donde, a pesar del contexto de costes más elevados, fue capaz de reducir un año más sus costes de explotación.

A nivel sectorial, la mejora de la eficiencia vino impulsada principalmente por los mayores ingresos, pero, en el caso de Unicaja, también se explicó por la contención de costes. Algo que, junto con la normalización de ingresos provocada por la vuelta de tipos de interés a terreno positivo, permitió mejorar el margen bancario en un 40% en 2023. La eficiencia mejoró desde el 54% en 2022 hasta el 48% en 2023, o un 47% si no consideramos el gravamen a la banca pagado por primera vez en 2023. Para el futuro, pensamos que tanto la eficiencia como los resultados mejorarán significativamente gracias a las medidas adoptadas en el pasado.

Unicaja es la entidad española con mejores ratios de liquidez y con solvencia robusta. ¿Qué objetivos manejan?

Como consecuencia de su gestión prudente, Unicaja tiene una estructura de balance con mayor peso de depósitos que de préstamos, siendo una de sus principales fortalezas, ya que se traduce en una extraordinaria posición de liquidez. Durante años, con tipos de interés negativos, esta estructura de balance penalizó su rentabilidad, pero también permitió reportar las mejores ratios de liquidez de toda Europa, con una ratio superior al 300%.

Respecto a la solvencia, Unicaja mantiene las ratios de capital más elevadas entre la banca española cotizada. La ratio de CET1 fully loaded alcanzó el 14,7% a finales de 2023, tras crecer 173 pbs. Esta holgada posición de solvencia supone mantener cerca de 1.900 millones de euros de exceso por encima del requerimiento, lo que es consecuencia de la evolución del balance y los resultados en los últimos años. Además, es de las pocas entidades europeas que ha recibido en los últimos años la aprobación para implementar modelos internos avanzados (IRB) para sus exposiciones minoristas. Para el futuro, esperamos seguir con una holgada situación de liquidez y una cómoda posición de solvencia.

¿Cuál es su política de retribución al accionista?

Mantenemos una posición de capital que ha permitido anunciar la propuesta de un dividendo en efectivo de 132 millones este año, aproximadamente la mitad del resultado. Nuestra intención es seguir destinando la mitad del resultado de cada ejercicio. Por tanto, las expectativas de mejora de resultados también se traducirán en un mayor dividendo y una mejora de la remuneración a los accionistas.

A su vez, dada la posición de capital, hemos solicitado la autorización para recomprar y amortizar hasta 100 millones de euros de acciones propias, con el límite del 3,8% del total. Un programa que también será muy beneficioso para los accionistas.

¿Los nuevos cambios que está llevando a cabo Unicaja implican una nueva era en la entidad?

En 2023 se han tratado de asentar las bases para un 2024 en el que esperamos mejorar. Hemos culminado la recomposición del Consejo, tras cambiar la estructura hacia las mejores prácticas de gobernanza; hemos actualizado la posición del balance al nuevo entorno y se han reducido las exposiciones problemáticas, y hemos conseguido reforzar aún más la posición de capital. Todo ello ha permitido anunciar una atractiva propuesta de dividendo y solicitar autorización para amortizar hasta el 3,8% de las acciones. Esto se traducirá en 2024 en una mejora significativa de la remuneración al accionista. Además, con una nueva imagen y con la intención de “demostrar que venimos del pasado con energía y vamos al futuro con determinación”, tal y como afirmó el consejero delegado, Isidro Rubiales.