- El oro se revaloriza más de un 26% en el último año, aunque corrige tras alcanzar los 2.069 dólares en agosto. ¿Qué visión tienen sobre el oro? ¿Dónde lo ven a final de año?

Nuestra visión sobre el oro sigue siendo muy optimista. ¿Por qué? El hecho de que haya una relación entre el oro y los tipos de interés reales, hace que cuando bajan los tipos de interés el oro suba su precio. En este momento hay 15 billones de dólares en deuda con tipos negativos en el mundo, por lo que esto es un potencial aliado alcista del oro. Los tipos de interés nominales van a permanecer bajos durante mucho tiempo, de hecho la Reserva Federal de EEUU apuntó que al menos seguirán así hasta 2023. No creemos que la expectativa de inflación vaya a crecer por dos razones: la primera es porque vamos a vivir una transición energética desde las energías fósiles hacia las renovables y la electrificación lo que supone un menor coste energético y la segunda es que todo el dinero y todos los recursos están destinados a intentar ayudar a las economías a que superen la crisis sanitaria. Estas medidas suponen inyectar dinero en la economía real, especialmente los programas de compras de activos del BCE (APP) para ayudar a la reactivación del empleo y financiar a las empresas mediante préstamos. Al final de la crisis sanitaria veremos perspectivas de inflación y eso supondrá que los tipos de interés bajen aún más y eso podría elevar el precio del oro todavía más. Creemos que las expectativas de inflación podrían subir al 2,5% o incluso el 3% con unos tipos de interés nominales al 0%, por lo que podríamos ver subidas de la onza de oro hasta los 2.400 dólares con una revalorización anual del 20% el próximo año, lo que nos hace ser optimistas.

- Algo similar ocurre en la plata que también tocó máximos en agosto. ¿Hay oportunidad en este momento en la plata? 

Sí, creemos que también hay un gran potencial en la plata. ¿Por qué? Debido a que el oro y la plata están altamente correlacionados. Pero hay otra razón más importante ya que es uno de los metales preciosos más utilizados en la transición energética. La plata es un material muy usado en la industria fotovoltaica para mover la energía en los paneles solares, como así ha quedado demostrado en los últimos años cuando la demanda mundial de plata para esta industria de hace unos años era insignificante y ahora ya supone un 12%. Además, la plata también se usa para los coches eléctricos en sus baterías y esto ya supone entre un 5% y un 7% de la demanda mundial de plata. Estas dos industrias están en crecimiento por lo que vemos mucho potencial en la plata, podría llegar hasta los 30 dólares por onza de cara al próximo año.

- El paladio y el platino son útiles también para la industria… ¿Es momento de sobreponderar en estos dos metales?

Creemos que hay mucho potencial para el paladio porque se usa principalmente para fabricar catalizadores en los motores de gasolina y este mercado está en alza desde hace algunos años. Si vemos el comportamiento que ha tenido en los últimos años, vemos como en 2019 se revalorizó un 60% y en el comienzo de año antes de que estallara la pandemia subía un 40% al calor de la demanda que tiene. Todas las nuevas regulaciones medioambientales están impulsando su uso para fabricar catalizadores de motores, de hecho el mercado todavía tiene un déficit de suministro, por lo que vemos aún mucho potencial. Estas regulaciones ya se están aplicando en diferentes partes del mundo, el año pasado se puso en marcha en China, en India también se aplicará el año que viene y por supuesto ya se aplica en Europa.

El platino está en una situación diferente porque se usa principalmente para fabricar convertidores catalíticos para los motores diésel y durante los últimos dos años la demanda de este tipo de vehículos se está reduciendo tras lo que ocurrió en 2015 -'dieselgate' de Volkswagen-. Ahora mismo, este mercado se ha estabilizado pero las grandes mineras extractivas, especialmente las de Sudáfrica que produce el 70% del platino que hay en el mundo, han decidido voluntariamente reducir la producción para intentar alcanzar un balance en el mercado, por lo que vimos una subida en 2019 y este año casi está en equilibrio, por lo que tiene un potencial menor. Las buenas noticias para el platino llegan desde las nuevas tecnologías porque tiene un uso ligado al hidrógeno. Esto es una muy buena noticia para el platino si finalmente la tecnología (de pilas de combustible) de hidrógeno acaba desarrollándose en Europa.

- ¿En qué otras materias primas ven oportunidad de cara al final de 2020?

Estamos positivos en todos los metales preciosos, excepto en el platino, ya que creemos que el potencial es limitado en comparación a otros metales preciosos. También creemos que pueden tener recorrido otros metales industriales que están ligados a la movilidad eléctrica como el níquel, el cobre, el cobalto o el litio, por ejemplo, porque estos materiales serán críticos para la transición a la movilidad eléctrica. El Banco Mundial emitió en abril un informe diciendo que hay muchos metales que se van a demandar de cara a esta nueva modalidad junto a las energías renovables más antiguas. Esto significa que la producción de estos metales va a aumentar si no queremos ver cómo suben el precio de los materiales. Cuando salgamos de esta crisis sanitaria esta tendencia por la movilidad eléctrica se va a acelerar.

- ¿Qué ventajas y qué desventajas tiene como gestor invertir directamente en los futuros de los metales preciosos y no en las compañías ligadas al sector?

Lo que pasa son dos formas de invertir realmente diferentes, porque cuando tú inviertes en acciones de materias primas, no compras solo materias primas, sino que también compras la compañía. Si tuviéramos una crisis en los mercados de valores podría ser un problema, porque incluso si el precio de los metales a los que estás expuesto está subiendo puedes ver como el precio de tus acciones baja. Por ejemplo, es lo que ocurre con la gestión pasiva, si el índice baja por algunas compañías su acción combinada puede arrastrar a las demás empresas. Además de esto tú también debes tener en cuenta todos los riesgos vinculados a una acción, por ejemplo, mañana el precio del oro puede estar subiendo y al mismo tiempo puedes tener una empresa minera de oro en cartera y el consejero delegado de esta empresa ser encarcelado porque hizo algo mal. Incluso si el precio de la materia prima está subiendo, no significa que el precio de las acciones ligadas a esa materia prima lo hagan. Hay que tener cuidado también con respecto a las divisas, porque puede tener un fuerte impacto en la rentabilidad de la cartera si las acciones en las que invierten están en otra divisa. En nuestra cartera, por ejemplo, tenemos una exposición directa a las materias primas y no a las materias primas y a las divisas.