¿En qué punto de la transición energética nos encontramos en España respecto a los objetivos de 2030?

España se encuentra en un momento crucial por dos motivos. Primero porque en el corto plazo se ha producido un gran cambio: después de casi más de cinco años de prácticamente no haber construido proyectos de renovables, en 2019 hay un gran proyecto de construcción: 8.000 MW nuevos en construcción en este año en España. Y, en segundo lugar, desde una perspectiva más a largo plazo, la Administración ha presentado un plan para los próximos años, a 2030, que plantea un gran cambio y un transformación energética que supone un crecimiento de las energías renovables que nunca habíamos visto hasta ahora, ya que supone la instalación básicamente de más de 6.000 MW al año para conseguir los objetivos de 2030 que son todavía más ambiciosos que los de la media de la UE: la UE ha propuesto alcanzar un objetivo del 32% de participación de energías renovables en el consumo final y en España el objetivo que se ha planteado es el 42% en 2030. Eso significa una aceleración de crecimiento y de cambio importante en el sector energético en nuestro país, y también supone que en 2030 en términos de producción de energía eléctrica el objetivo que ha planteado la Administración es el 74% de la energía eléctrica generada en 2030 vendrá de fuentes de energías renovables, lo que implica un incremento en más del doble de la producción de energía. 

En este contexto de perspectiva de crecimiento, Endesa y Enel Green Power España también estamos alienados con esta transición y con este cambio. Tenemos un gran proyecto de crecimiento de 900 MW que estamos construyendo en España, 550 MW de energía energía eólica y 350 de solar, en 21 proyectos bastantes diversificados en la geografía española. Y luego también en coherencia con el Plan Nacional de Energía y Clima a Largo Plazo también tenemos un ambicioso plan de inversiones y crecimiento para los próximos años: en concreto en los próximos 3 años (a 2021) nuestro plan es invertir 2.000 millones de euros en energía renovables y construir 2.000 MW aproximadamente de energía renovable, sobre todo de energía eólica y solar.

¿Cuál es la principal barrera para que se desarrollen proyectos de renovables en España?

Hay algunas dificultades que se están encontrando para esta aceleración. Los proyectos de energía renovables al final tienen que conectarse a la red existente y la red tiene una capacidad limitada de absorción de la energía que se integra en el sistema, de ahí que una de las principales barreras que se está encontrando es que en este momento es que la red está dimensionada para una determinada estructura de generación y de demanda que no es la que se está planteando ahora. En estos momentos el crecimiento que ya tenemos este año de construcción de los 8.000 MW genera una importante integración de nueva capacidad de potencia en la red, pero las próximos años, para conseguir el objetivo de crecimiento planteado de más 6.000 MW al año, habría que crear nuevas capacidades de evacuación. Para hacernos una idea, ya hay solicitados para conectar más de tres veces lo que se plantean como objetivo para 2030; la red está saturada, no puede dar salida de evacuación a toda esta capacidad. Por ello, ya se está trabajando en el nuevo plan de construcción de infraestructuras de redes para compasar y crear nuevas infraestructuras, de manera que se puedan integrar estos proyectos de generación renovable. Esta es una de las principales barreras que puede ralentizar el crecimiento.

¿Despiertan los proyectos atractivo para la financiación? ¿Es fácil/difícil conseguir financiación?

El mercado está mostrando en estos momentos un interés muy activo por estos proyectos, desde el punto de vista de promotores que ya tienen experiencia en proyectos desarrollados anteriormente, promotores nuevos, promotores pequeños, fondos de inversión, nuevos inversores internacionales, etc. Respecto a la financiación, primero lo que estamos construyendo este año viene del resultado de las subastas que se realizaron en años anteriores que han dado una señal de precio mínimo para estos proyectos y que han facilitado que se hayan podido financiar. Pero, en paralelo, ha surgido otro mercado, otro mecanismo nuevo en España -aunque en EEUU ya se había usado-, que son contratos bilaterales con clientes a largo plazo. Aquí los clientes se benefician porque tienen un precio fijo o indexado, conocido, a un plazo largo, normalmente más de diez años. Los consumidores tienen un precio estable, a la vez tienen energía verde y luego no están sometidos a la volatilidad del mercado (son contratos a largo plazo con importes estables lo cual también da a estos clientes una visibilidad de costes). Por parte de los promotores esta estabilidad disminuye el riesgo de variación de los precios y facilita la financiación. De esta forma, la financiación a estas inversiones puede ser por las vías de mecanismos de subastas o mecanismos de contratos de acuerdo bilaterales (operaciones que el mercado ya está cerrando).

¿Cuál es el principal resto al que se enfrenta la industria y cuál es su perspectiva para conseguirlo (generación, gestión, almacenamiento, etc.)? 

Los retos que se están planteando ahora mismo son, en primer lugar, esta aceleración e intensidad que no habíamos visto en inversión y construcción nueva que tenemos que hacer y que ha generado toda una actividad de desarrollo alrededor de estos proyectos. La industria está respondiendo bastante bien a este primer salto en cuanto a la construcción de los proyectos, es decir, a tener capacidad para poder absorber esta construcción de los próximos años. Y después cómo se va a integrar esto en el sistema eléctrico: al ser una energía que depende de los recursos naturales (del sol y del viento) va a afectar a cómo la generación del sistema se va a regular. En este sentido, ahora tenemos una capacidad firme (por las centrales térmicas convencionales, centrales nucleares) y en los próximos años cada vez va a haber más capacidad que es variable en función de los recursos naturales. Esto genera importantes cambios en la gestión y estabilidad del sistema.

Uno de los retos principales es cómo absorber ese excedente de producción que se pueda producir en determinados momentos y entregarlo a la red cuando realmente se necesite. Para eso hay sistemas de almacenamiento que ya funcionan (sistemas de bombeo de hidroeléctrico tradicionales) y sistemas que están empezando nuevos (las baterías es una tecnología que en estos momentos está demostrando que puede también ser competitiva y aportar su contribución a la estabilidad del sistema). Al final el que haya un 74% de contribución de renovables en el 2030 pasa por el crecimiento de renovables y una mayor electrificación de la demanda (demanda que en estos momentos no es eléctrica -como el transporte- tiene un papel crucial en esta transición). Estos son los grandes retos que se plantean en todo el sistema energético y que cada vez se extenderán a más sectores, no sólo el transporte... habrá más implicados en la resolución de esta gran ecuación de como alcanzar esos objetivos de renovables de aquí al 2030.