¿Por qué es interesante invertir en el sector sanitario en este momento y por qué le ve un gran potencial de futuro?
 
El principal atractivo del sector sanitario ahora mismo es la enorme demanda de servicios sanitarios que se dará en los próximos años como consecuencia del envejecimiento de la población en Occidente pero también en algunos mercados en desarrollo como China. Además, creemos que el aumento de las rentas en los mercados emergentes se traducirá en una demanda cada vez mayor porque cada vez más gente podrá permitirse el acceso a la atención sanitaria en esos mercados. Por otra parte, la evolución de los patrones de las enfermedades provocará cambios en nuestras necesidades sanitarias, lo que afectará a la demanda. Y la demanda es una parte muy importante del atractivo del sector sanitario. Nos parece que, ahora mismo, algunos de los temores del mercado sobre Trump y el precio de los fármacos hacen que sea un momento muy interesante para fijarse en este sector, ya que opinamos que a los inversores les preocupa demasiado lo que pueda hacer Trump y creemos que, al echar la vista atrás, veremos que estamos en un momento muy bueno para invertir en el sector.
 
El año pasado se frenó una gran operación en este sector: la fusión entre Allergan y Pfizer. ¿Cree que podría volver a pasar algo similar este año como consecuencia de los obstáculos regulatorios?
 
Esa es una cuestión muy interesante. Los reguladores han empezado a mirar con lupa las operaciones del sector sanitario porque últimamente se han producido muchas, hemos asistido a una gran consolidación en el sector y creemos que los reguladores seguirán muy de cerca estas operaciones. En Estados Unidos, por ejemplo, las cinco aseguradoras sanitarias más grandes querían pasar a ser tres, en parte por la presión impuesta por la ley sanitaria de Obama (Obamacare), pero el gobierno no ha autorizado las operaciones y pensamos que esta tendencia continuará en el futuro. No obstante, nos parece que, en general, los miembros del Partido Republicano se oponen a un exceso de regulación, así que veremos cierto equilibrio entre las intervenciones del gobierno y un intento por no intervenir demasiado y entre fomentar una mayor competencia entre empresas y dejar que ocurra de forma natural. Va a ser una situación interesante.
 
¿Cómo le afectará a este sector y a las empresas del sector la esperada reforma fiscal de Trump?
 
Es una pregunta interesante. La reforma fiscal es un elemento a tener en cuenta y creemos que habrá algunas empresas del sector que saldrán claramente beneficiadas, sobre todo las empresas ubicadas en Estados Unidos que ahora mismo están sujetas a elevados tipos impositivos. Pero la situación se complica si hablamos de empresas internacionales del sector salud que operan en todo el mundo y que tienen unas estructuras impositivas bastante complejas. El aspecto más importante es que cualquier cosa que haga Trump para rebajar el impuesto de sociedades puede contribuir a que estas empresas liberen efectivo. Muchas de estas empresas tienen grandes cantidades de efectivo en el extranjero que ahora mismo no pueden repatriar a Estados Unidos porque están sujetas a un tipo impositivo muy elevado, así que la posibilidad de poder repatriarlas resulta muy interesante por las cosas que podrían hacer con ese dinero: reinvertirlo en investigación y desarrollo, por ejemplo, o comprar activos en Estados Unidos, pero también distribuir un mayor porcentaje de efectivo entre sus accionistas, en el caso de las empresas estadounidenses. Ese es un aspecto de la reforma fiscal.
 
Luego tenemos también la propuesta [de Trump] de derogar Obamacare y reemplazarla por otra ley sanitaria. Creo que hay mucha gente a la que le ha sorprendido que haya abandonado esa idea, porque fue un punto clave de su campaña electoral. Los republicanos llevan queriendo modificar Obamacare prácticamente desde la primera vez que se habló de Obamacare, han tenido siete años para preparar una alternativa y me resulta muy curioso que no hayan sido capaces de hacerlo y que hayan decidido dejarlo de lado. Tendrán que retomar este asunto en algún momento pero me llama la atención que Trump haya pasado directamente al siguiente tema. Así que ya veremos qué pasa, estamos en un momento muy interesante para el sector.
 
Otro tema importante para el sector, como hemos visto en el pasado, es la actividad de fusiones y adquisiciones. ¿Se centran en este aspecto a la hora de invertir en algunas empresas?
 
Sí, sin duda. Las fusiones y adquisiciones pueden ser uno de los principales motores de rentabilidad. Muchas de las empresas del sector salud cuentan con balances muy robustos, lo que les permite realizar grandes operaciones y a veces esto resulta muy positivo para las empresas, les permite mejorar su posicionamiento competitivo, adquirir tecnologías novedosas… De hecho, si le compran esa tecnología a una empresa pequeña que no tiene los recursos de una gran empresa, pueden hacer cosas muy interesantes con esa tecnología. Así que considero que la actividad de fusiones y adquisiciones es un aspecto muy importante del crecimiento de las empresas pero, dicho esto, ya se han producido muchas operaciones de este tipo en el sector por lo que, de aquí en adelante, no creo que se dé la misma cantidad de fusiones y adquisiciones que hasta la fecha, aunque seguirá siendo un aspecto importante, sin duda.
 
¿Y en Europa?
 
Es cierto que en Europa se han producido menos operaciones de este tipo, es algo más habitual entre las empresas de Estados Unidos. Las empresas europeas tienden a registrar tasas de crecimiento orgánico más altas que las estadounidenses y por eso es probable que no sientan la necesidad de comprar otras empresas, ya que crecen a buen ritmo. Creo que esta situación se mantendrá, las empresas europeas del sector salud seguirán registrando mejores tasas de crecimiento que las estadounidenses, aunque no necesariamente en el mercado europeo, y por lo tanto no dependerán tanto de las fusiones y adquisiciones.
 
¿Le parece que el sector biotecnológico representa una oportunidad de inversión interesante tras la reciente corrección?
 
Bueno, depende. El espacio de la tecnología sanitaria es interesante porque, a largo plazo, cuantos más datos tengamos sobre los pacientes o sobre cómo funcionan los tratamientos, mejor podremos entender qué tratamiento necesita cada paciente. Ahora mismo no tratamos a los pacientes de forma diferente según su sexo, o su raza o incluso su edad pero son cuestiones muy básicas: la gente responde a los fármacos de forma diferente y la tecnología es esencial para ayudarnos a entender qué tratamiento le va mejor a una persona en concreto, a diferencia de otra cualquiera que tiene otras características genéticas o que vive en un entorno diferente, puede que una persona fume o beba y la otra no… y la tecnología desempeñará un papel muy importante en este sentido en el espacio de la atención sanitaria, por lo que me parece un área muy atractiva a largo plazo. Con lo que hay que tener cuidado es con las valoraciones, que suelen ser bastante elevadas en tecnología sanitaria, así que hay que ser selectivos y, sobre todo, escoger el momento adecuado para invertir.
 
Ha mencionado que los mercados emergentes presentan buenas oportunidades de inversión en este sector. ¿Qué países le resultan más interesantes ahora mismo para invertir en el sector sanitario?
 
Los mercados emergentes representan una excelente oportunidad de inversión en el sector sanitario porque sus sistemas de sanidad aún están muy poco desarrollados. El gasto en sanidad de la mayoría de los mercados emergentes como porcentaje del PIB equivale a lo que gastaban los mercados desarrollados hace cincuenta años, así que aún tienen mucho recorrido.
 
En concreto, dentro del sector sanitario, China se parece cada vez más a un mercado desarrollado en cuanto a la regulación que están aplicando. Y eso resulta positivo porque el problema que había en China es que había mucha competencia de baja calidad, lo que dificulta competir porque las empresas de tecnología médica de baja calidad son malas para los pacientes y malas para las empresas de mayor calidad que tienen unos precios más altos y que se encuentran con que nadie quiere comprar sus fármacos o sus dispositivos, porque son más caros. Así que una mayor regulación mejora el entorno porque expulsa del mercado a las empresas de menor calidad y genera muy buenas oportunidades para las empresas de más calidad.
 
Pero, en general, preferimos invertir en hospitales de mercados emergentes, donde la calidad es muy superior. Algunos de los hospitales que se encuentran en los mercados emergentes son espectaculares, empresas de muchísima calidad y muy bien gestionadas. Así que, en realidad, a la hora de invertir en mercados emergentes no nos fijamos tanto en el país, que obviamente es importante, sino más bien en la empresa o el segmento concreto del sector salud.
 
Y la última pregunta… ¿Dónde ve las mejores oportunidades y puede darnos algún ejemplo de empresas en las que estén invertidos ahora mismo?
 
Sí, claro. Para nosotros, el tema más interesante ahora mismo en el sector sanitario es la innovación, es decir, cualquier empresa que marque la diferencia, que logre una mejor atención sanitaria o que incremente la eficiencia del sistema sanitario porque, en nuestra opinión, la gente siempre estará dispuesta a pagar por este tipo de cosas, que siempre le añaden valor al sistema. Así que [nos interesa] cualquier área que resulte innovadora y en la que se esté haciendo algo diferente de lo que hace la competencia, ya sea en relación con un tratamiento concreto, por ejemplo, un tratamiento oncológico, o un dispositivo médico que mejore el tratamiento de la insuficiencia cardiaca. Un ejemplo del tipo de empresas en las que invertimos es Medtronic, que es una empresa muy innovadora especializada en enfermedades del corazón y en tecnología médica cardiaca. Otro ejemplo sería Roche, que son líderes en fármacos oncológicos, un área de muchísima innovación. Este es el tipo de empresas que, en nuestra opinión, ofrecen las mejores oportunidades a largo plazo, siempre y cuando sigan invirtiendo en investigación y desarrollo y en innovación.