Esta semana tenemos que estar muy pendientes de la reunión del comité federal del Mercado Abierto. Nos dirá la FED si deja los tipos de interés entre el 1,50 y el 1,75% o si los modificará. Y también muy atentos al dato trimestral del PIB, que podría quedarse como está, en el 2,1%.
Debería. No hay nada que indique que la economía se haya reactivado, las ventas en la temporada navideña deberían haber permanecido estables. Todas las perspectivas y todos los consensos coinciden en que vamos a seguir estables.
Por parte de la Reserva Federal, según las últimas indicaciones, los tipos de interés volverán a bajar o permanecerían estables. Las indicaciones han sido muy claras al respecto de que, en la medida en que no haya indicadores ni en la inflación ni en el crecimiento, la Reserva Federal quedará en esta sesión, y probablemente durante el resto del año, sin bajar los tipos.
También está previsto que Donald Trump firme el acuerdo comercial de América del Norte, que ya fue aprobado por el Senado, y Canadá también lo va a firmar. ¿Cuándo podría entrar en vigor este nuevo acuerdo?
En cuanto lo ratifiquen las partes. Trump lo va a ratificar, ya lo ratificó México, sólofalta que lo ratifique Canadá. No debería haber ningún cambio al respecto, fue un éxito legislativo, en virtud de que estos acuerdos han salido adelante en pleno proceso de impeachment, y ha sido celebrado por la administración Trump como un éxito. Su aplicación es inmediata tras la ratificación de las partes, que debe ser en un muy corto plazo.
En estos días tendrá lugar el impeachment, que por ahora no está teniendo consecuencias y no está afectando a la economía de ninguna manera.
No. El mercado está asumiendo que el presidente no va a ser condenado, por tanto, lo asume como un ruido, pero no necesariamente como algo que afecte a la economía.
Sin embargo, hay un proceso electoral que se empieza a consolidar. Las primarias en Iowa para el Partido Demócrata son en dos semanas, y ya la campaña entra en franco proceso. Veremos si el ruido electoral genera o no inquietudes en el mercado de ahora en adelante. Bernie Sanders es el favorito para las primarias en algunas encuestas, en lugar de Biden, y eso puede crear cierta ansiedad en el mercado si las dinámicas electorales empiezan a indicar que Biden podría ser elegido presidente de Estados Unidos.
Lo que creó mucha ansiedad la semana pasada fue el coronavirus de China. Hay muchas personas fallecidas, más de 800 contagiadas. Los inversores reaccionaron muy temerosos a lo que podría pasar si se extendiera. ¿Cómo podría afectar a la economía a nivel global?
La reacción de los mercados de cara a este nuevo virus y los efectos que podría tener es similar a lo que sucedió con el SARS. Una vez que se puede generar una epidemia o una pandemia global de virus desconocidos, lo normal es que afecte a una serie de industrias, como las de los viajes, hoteles o parques de entretenimiento. Los efectos son múltiples, y por ahí el mercado puede experimentar correcciones. Al final, el SARS fue controlado y la pandemia nunca se dio. La expectativa es que pueda suceder lo mismo con este nuevo virus, sin embargo, la ansiedad permanece.
El petróleo se ha visto afectado, ha bajado el precio del barril de Brent. También puede ser por los vuelos, ya que habrá menos vuelos.
Es por los efectos que va a tener en la economía en general. Empieza con los vuelos, sigue con las agencias de viajes, la industria hotelera, de restaurantes, de entretenimiento. Y sucede en una condición en la que las economías globales siguen creciendo tímidamente, es decir, la diferencia entre crecer un punto o dos es significativa en virtud de los márgenes cerrados que tiene esta dinámica económica global.
Estaremos pendientes de cómo evoluciona este virus y cómo afecta a los mercados. La semana pasada se celebró en Davos (Suiza) el Foro Económico Mundial, al que fueron muchos dirigentes de todo el mundo, entre ellos Donald Trump, que se vanaglorió de su éxito económico, fiscal y comercial, y tuvo conversaciones con sus socios europeos por las tensiones comerciales. ¿Cómo está ahora mismo esa situación?
Después de haber resuelto la primera etapa del acuerdo con China y pendiente de que se consolide o no la siguiente etapa, y cuando se pensaba que Trump que iba a detener sus presiones comerciales, reabre los capítulos de las presiones con Europa en lo que se refiere a importaciones de vinos.
Volvemos a una etapa de tensión en la que Trump utiliza las tarifas como una forma de lo que se llama, en el manejo político de la administración Trump, la presión extrema. Y esa presión tiende a no funcionar, porque lo que encuentra en el otro lado es la resistencia extrema. Y a las tensiones que genera la visita de Trump a Davos se suma el debate que tuvo en las últimas sesiones Christine Lagard, la presidenta del BCE, con el secretario del Tesoro, en virtud de las dinámicas económicas financieras.
La guerra comercial le ha costado ciertos puntos básicos de crecimiento básico a la economía global y ciertas ansiedades que tienen consecuencias colaterales.
Uno de los puntos sobre la mesa de los que hablan es esa tasa que algunos países quieren poner a las tecnológicas de Estados Unidos: Amazon, Apple, Google y Facebook.
Ése es otro frente paralelo al de los automóviles, los vinos y los quesos, que son los más tradicionales. Es una de las nuevas tensiones que va a haber, no sólo a nivel de las tasas en Europa. Recordemos que los reguladores europeos han sido mucho más estrictos con las tecnológicas norteamericanas que los propios norteamericanos, y que van a tener correlación con las tensiones tecnológicas que hay con China y que hoy en día están en tregua por el acuerdo, pero que se podrían reabrir en función de Huawei.
La semana pasada el FMI dio a conocer las previsiones económicas para este año y el que viene. Las rebajó, también aquí en Estados Unidos.
Lo hizo en un punto básico, de 2,1 a 2. El crecimiento global en lo que ellos manifiestan como una estabilidad no precaria, pero no muy positiva, y una perspectiva de crecimiento hacia delante en incremento en función del año pasado, que fue un año no necesariamente malo, pero sí muy tímido.
Estamos en una dinámica en la que las economías no tienden a recuperarse independientemente de ayudas monetarias y de las políticas que los bancos centrales están aplicando en general, donde hay una perspectiva de que lo único que podría reactivar la economía son políticas fiscales más agresivas. Es una decisión que se irá tomando en los procesos electorales que vamos a enfrentar en los próximos dos años, tanto en Europa como en Estados Unidos.
Lo que va bastante bien son las empresas tecnológicas de Estados Unidos, que presentaron resultados la semana pasada y, en general, fueron positivos, por ejemplo los de IBM o Intel.
Hay una reactivación de las compañías tecnológicas que no habíamos visto en muchos años, independientemente de que venían con una tendencia al crecimiento, especialmente compañías como Intel o Microsoft, que son las más tradicionales. Hay que recordar que el Nasdaq sigue alcanzando records históricos, superando con mucho margen las correcciones de principios de los 2000 con la corrección de los punto com. La tecnología va a seguir liderando el crecimiento de los mercados.
Tesla ha superado los 100.000 millones de dólares de valor en el mercado. Se sitúa ya por encima de Wolkswagen y por detrás de Toyota.
Mucho entusiasmo de cara a la apertura de su planta en China, la producción de los nuevos modelos, y el hecho de que hay un elemento que está detrás de este continuo crecimiento en el precio de la acción de Tesla, que es que la presión que se está generando tras lo que se llama la ESG: las compañías que tienen como objetivo el medio ambiente, los temas sociales y de gobierno corporativo.
Tesla es particularmente interesante y atractivo en lo que se refiere a medio ambiente. Si ya hay una decisión de reducir la huella de carbono, cosa que declara el presidente de Blackrock en su carta hace algunos días y que fue uno de los puntos de atención más importantes en Davos, una compañía como Tesla vale mucho y va a seguir valiendo mucho en el futuro porque implica el futuro de los automóviles a nivel global, de las energías renovables, las baterías, y todo lo relacionado con ello.
¿Nos recomiendas invertir en Tesla?
El problema con el mercado en general, y creo que es una de las cosas que perciben los inversores, es que con tasas tan bajas, con ayudas monetarias continuas en los mercados, y con niveles récord, la perspectiva es que esto podría seguir subiendo, pero ¿hasta cuándo? ¿Cómo? No es casual que en ese contexto los mercados emergentes arranquen este año bien, porque hay mejores tasas de retorno, de interés y de inversión en comparación con los mercados desarrollados, teniendo en cuenta siempre que en los mercados emergentes los riesgos son mayores que en los mercados europeos, norteamericanos o asiáticos que son más profundos y tienen más opcionalidad que ciertos mercados emergentes.
¿Tu previsión es que sigan los mercados al alza también en este 2020?
Con las dinámicas actuales y con las tasas tan bajas, las valoraciones siguen estando en línea con las valoraciones históricas. Si las tasas se hubieran mantenido altas o volvieran a subir, las acciones parecerían caras. Sin embargo, en términos de múltiplos y de resultados, que siguen siendo positivos, el mercado sigue teniendo aire. Veremos cómo vienen los próximos meses para saber si ese aire continúa.