Además, “las medidas que se tomen para reducir los déficits públicos también son depresivas para la demanda y los pactos acordados hasta ahora no son suficientes”.
Para solventar las diferencias entre países europeos, “la solución vendrá por la monetización de la deuda y, más a largo plazo, por el eurobono”.

“La deuda soberana española es una muy buena decisión de inversión”, afirma José Luis Jiménez, director de March Gestión, “especialmente mientras exista la tensión que hay en el mercado y podamos obtener rentabilidades a 5 y 3 años del 5%”. Sin embargo, “el caso de la deuda española no es igual que el de la italiana, la griega o la irlandesa”.

Además, Jiménez también opina que “podríamos encontrar un suelo muy pronto en la renta variable europea, aunque preferimos la renta variable local, de EE.UU. o emergentes”. Y, “en el momento en que se cierre el problema de la deuda griega y, por ende, del euro, la renta variable europea puede experimentar una gran revalorización”.

En España, “tenemos un punto de esperanza en que se solucionen las cosas adoptando las medidas necesarias. La situación del paro es bastante soportable, pero todo el endeudamiento exterior complica la situación”, dice García.

“Si el nuevo gobierno pone en marcha políticas económicas a principios de enero, podríamos encontrarnos antes del verano un fuerte impacto positivo en la renta variable nacional”, dice Jiménez.

“Hemos tenido buenos datos de consumo en EE.UU., lo que indica una cierta aceleración de la economía no confirmada. Consideramos que es importante que suba la tasa de empleo y funcione el sector inmobiliario allí y, si se sucede esta recuperación, habría que considerar que EE.UU. ha salido de la fase de crecimiento tan bajo que ha tenido estos meses”, cree el director de estrategia de mercados de Banca March.

Así pues, “en función de cómo vaya la crisis de deuda de Europa y el techo de deuda de EE.UU., el euro-dólar se moverá, aunque lo previsible es que el euro se debilite un poquito y el dólar comience a apreciarse”, indica Jiménez.

En Banca March esperan que “los emergentes sean una vez más el motor del crecimiento mundial. El FMI prevé crecimientos del 6%, más liderados por la zona asiática”. En este sentido, “hay que poner la vista en China que, con crecimientos por encima del 8,5%, aunque tenga problemas en el sector inmobiliario, es una economía muy dirigida y puede reaccionar bien a las medidas”.

En cuanto a las materias primas, “en el petróleo hay muchos factores que actuarán en el corto plazo, como el tirón de los mercados emergentes o la producción de Libia. Creo que es muy previsible que tengamos un petróleo caro”, explica el director de March Gestión. Respecto al resto de materias primas, en Banca March “apostamos por el sector del vino, pues creemos que las materias primas agrícolas, y en especial ésta, tienen una muy buena perspectivas de medio y largo plazo”.