Inteligencia Artificial ¿cuáles son las mejores opciones para invertir?

El mercado espera que el sector de la IA pueda superar en 2024 los 500.000 millones de dólares, con una tasa de crecimiento anual cercano al 20%. Las Universidades de Oxford y Yale van incluso más allá y estiman que las máquinas puedan superar a los humanos en la mayoría de las tareas para el año 2060. En el reciente Foro Económico Mundial se estimó que para 2030 más de mil millones de personas, lo que representa alrededor de un tercio de los puestos de trabajo de todo el mundo, podrían verse afectados por esta revolución tecnológica. 

Si no centramos en el sector económico, las bolsas están sufriendo una fuerte volatilidad ante el temor a una nueva desaceleración económica. El sector tecnológico es uno de los que peor se está comportando por su mayor sensibilidad a las subidas de tipos y a unas menores perspectivas de crecimiento. Si bien las caídas están arrastrando al conjunto del mercado, lo cierto es que la Inteligencia Artificial sigue teniendo un gran potencial de generar rendimiento a largo plazo. La inversión en este sector se puede realizar a través de acciones concretas o de una forma más diversificada a través de ETFs. Estas son dos alternativas. 
 
CrowdStrike (CRWD.US)

Los gigantes tecnológicos están compitiendo por obtener el mayor número de datos posibles con los que poder realizar estrategias publicitarias cada vez más personalizadas. Toda esta información se almacena en centros de datos como un tesoro, por lo que es necesario protegerlo como tal. La inversión en ciberseguridad ya no es una recomendación, es una obligación para las empresas que han visto como los ataques no han parado de crecer. 

CrowdStrike ofrece una protección integral basada en Big Data a través de su plataforma Falcon X. Mediante el uso de inteligencia artificial y aprendizaje automático, la aplicación se vuelve más inteligente a medida que pasa el tiempo, lo que le permite reconocer y responder a amenazas potenciales más rápido. Tras múltiples pruebas de terceras empresas, Falcon X detectó el 100% de los ataques con una precisión casi perfecta.  

El crecimiento de esta compañía ha sido vertiginoso, pasando de 450 clientes a 13.000 en apenas cinco años. Además, cuenta con una tasa de renovación de sus servicios del 98%, lo que asegura unos flujos de caja constantes. Desde su salida a bolsa en 2019, ha duplicado sus ingresos cada año y se espera que continúe esta tendencia hasta por lo menos 2025. 

Aunque no cotiza a múltiplos baratos en relación precio-ventas, las recientes caídas le otorgan un mayor atractivo. El mercado valora positivamente su posición de dominio dentro de un sector en expansión y altamente competitivo. Es un tipo de servicio que las empresas no pueden dejar de utilizar, por lo que será determinante que logre mantener su efectividad y se adapte a las nuevas amenazas.


 
Wisdom Tree Artificial Intelligence ETF (WTAI.UK)

En sectores en fase de crecimiento es complicado determinar qué empresas acabarán teniendo una posición de dominio en el mercado. La Inteligencia Artificial está llamada a liderar la próxima revolución tecnológica, por lo que también es una gran opción invertir directamente en el sector en su conjunto. Este ETF invierte en las 67 compañías más representativas de Estados Unidos y Asia. 

Las empresas son seleccionadas a través de diferentes criterios en función a su exposición a esta tecnología, por lo que, si aparece una nueva compañía disruptiva de gran crecimiento, será incluida en el fondo. El mayor riesgo de las megatendencias es que tienden a cotizar con valoraciones más altas, ya que descuentan unos flujos de caja muy exigentes y que dependen en muchas ocasiones de expectativas. 

Es por ello por lo que este tipo de activos debe considerarse como una inversión a largo plazo, ya que la volatilidad podría ser mayor que en otros sectores más maduros. En el acumulado del año pierde más de un 20%, pero desde su lanzamiento, hace apenas tres años, sube cerca de un 90%. Las subidas en los tipos de interés han reducido el apetito por el riesgo, lo que se puede ver como una amenaza o una oportunidad.