Araceli de Frutos, consejera de Araceli de Frutos EAFI, analiza la situación actual de los mercados financieros, marcada por un aumento de la volatilidad y múltiples focos de incertidumbre. Según explicó, de aquí a final de año podrían producirse momentos de inestabilidad debido, entre otros factores, al cierre parcial de la Administración estadounidense, que está afectando a la publicación de datos económicos y complica la labor de la Reserva Federal. Esta falta de referencias macroeconómicas señala que provoca que los miembros del banco central “conduzcan con niebla”, lo que ha reducido las expectativas de una bajada de tipos de interés a corto plazo, según las últimas declaraciones de su presidente, Jerome Powell.
También destacó el papel de la temporada de resultados empresariales y el impacto de la inteligencia artificial, un tema que sigue impulsando las valoraciones de muchas compañías tecnológicas. Sin embargo, advirtió que algunos valores, como AMD, han sufrido correcciones pese a presentar buenos resultados, reflejando la percepción de que las valoraciones son exigentes y que podría estar gestándose cierta burbuja en torno a la temática de la IA.
A esto se suman las tensiones geopolíticas y comerciales, con el Tribunal Supremo de Estados Unidos analizando la legalidad de los aranceles impuestos por Trump, así como el alto endeudamiento de las economías desarrolladas y la debilidad fiscal de países como Alemania. Todo ello ha ensombrecido las previsiones más optimistas de semanas anteriores y ha devuelto la volatilidad al mercado.
Respecto de los resultados, destaca las caídas a plomo por los de Telefónica e IAG, ambos con caídas en bolsa. En el caso de Telefónica, atribuyó el retroceso no solo al recorte del dividendo, sino también a su dificultad para generar flujo de caja y al elevado endeudamiento.
En IAG (Iberia) los resultados quedaron por debajo de las estimaciones, afectados por el debilitamiento de la demanda tanto en Europa como en Estados Unidos, aunque la compañía mantiene sus objetivos para 2025 y planea aumentar la retribución al accionista.
De cara a la inversión, la experta considera que, ante el entorno actual, conviene mantener una visión de largo plazo y ser conscientes del riesgo asumido.
Recomienda recoger beneficios en sectores que han tenido un fuerte comportamiento —como el tecnológico o los más cíclicos— y reequilibrar la cartera hacia valores más defensivos.
Sectores como el consumo estable, las eléctricas y las telecomunicaciones ofrecen, a su juicio, menor volatilidad y rentabilidad por dividendo atractiva. Propone ir incorporando poco a poco estos valores rezagados y reducir exposición a los más sobrevalorados, con el objetivo de construir una cartera más equilibrada y resistente de cara al próximo ejercicio.

